Britney Spears ingresó de forma voluntaria esta semana en una clínica de salud mental por la ansiedad que le provocó la enfermedad de su padre en el intestino y en el colon y que a punto estuvo de costarle la vida. Según avanzó el portal digital estadounidense TMZ citando a fuentes cercanas a la familia, la estrella del pop tiene previsto pasar un mes ingresada porque su estado "es serio y no mejora".
Jamie Spears, de 66 años, se ha sometido a dos operaciones para solucionar las complicaciones que le supone su enfermedad y no progresa en su recuperación. La artista compartió una foto en su perfil de Instagram acompañada del texto "enamórate de cuidar de tu mente, cuerpo y espíritu. Todos necesitamos tomarnos tiempo para un poco de 'tiempo para mí'".
Los problemas de salud de su padre ya provocaron que en enero la cantante suspendiese de forma "indefinida" todas las actuaciones de su espectáculo fijo en Las Vegas Britney Domination. Tenía pensado volver en febrero y hasta agosto, y con el mismo, según la revista People, ganaría medio millón de dólares por actuación. "Voy a dedicar mi atención y energía a cuidar de mi familia. Tenemos una relación muy especial y quiero estar con mi familia en estos momentos de la misma forma que ellos han estado conmigo siempre", dijo Spears cuando reveló que su padre "estuvo a punto de morir".