Eugenia Ortiz estuvo unos días en Madrid y fue una de las muchas invitadas que acudieron a ver las últimas propuestas creadas por la firma Tot-Hom para la próxima temporada primavera/verano. La hija de Bertín Osborne está volcada en el mundo de la moda, motivo por el que ha estado unos meses en París acudiendo a unos cursos de diseño. "Ahora ya estoy en España, donde tengo que hacer algunos viajes, y en París muy bien, ha sido una experiencia estupenda porque he aprendido mucho y con muchas ganas de volver".
"Tengo la suerte de tener una chica estupenda que se queda con mis niños cuando yo no estoy, y también coincide que Juan, mi marido, también ha tenido que viajar. Mis hermanas también me han echado una mano, y alguna amiga. La verdad es que tengo mucha gente a mi alrededor, y eso es muy de agradecer. En septiembre regresaré porque ya ha terminado el curso, no me canso de ver desfiles", afirmó.
Hace un tiempo que Eugenia decidió cambiar de look. Se cortó el pelo y lo tiñó de rubio en homenaje a su madre Sandra Domecq, que murió hace 14 años a consecuencia de un cáncer. Ahora ha vuelto a oscurecerlo: "Ya lo estoy dejando crecer. Oscuro de nuevo porque me queda mejor y además es menos complicado de mantener. Me alegro mucho de haberle hecho ese homenaje porque a ella le hubiera gustado".
Al preguntarle por el pequeño Quique, el hijo mayor de su padre y Fabiola Martínez que padece una parálisis cerebral, aseguró que estaba mucho mejor después de la última intervención quirúrgica. "Está luchando, está fenomenal, y todos estamos muy contentos, la verdad. Él lo hace muy fácil, es lo increíble, siempre está sonriendo, es muy bueno ".