Violeta Cela, la musa del destape que dijo ser sobrina de Camilo José Cela
Violeta Cela, una de las musas del destape, decía ser sobrina de Cela, el escritor.
Ignoramos si Camilo José Cela estaba al corriente de ser tío de la actriz Violeta Cela, tal y como ella nos decía a los reporteros la primera vez que la entrevistamos. Investigando, creemos que ningún hermano del escritor y académico tenía nada que ver con ella, puesto que el progenitor de la joven se apellidaba Bravo. ¿Algún lejano parentesco, quizás? Pero sobrina, no, a pesar de que en Wikipedia y en biografías de Violeta se insista en tal familiaridad. De haberlo sido es posible que la hubiera incluido en su interesante Enciclopedia del Erotismo, que dirigió con febril participación. En cambio nos creemos que sí era sobrina del realizador cinematográfico Antonio del Amo, en su día represaliado por sus ideas antifranquistas, que cuando pudo demostró su talento a pesar de verse obligado a sobrevivir con filmes comerciales protagonizados por Joselito, El pequeño ruiseñor.
Y de vueltas con Violeta Cela, digamos de paso que es prima de una cotizada modelo de los años 60, actriz ocasional, la encantadora y simpática Paloma Cela. Nuestra protagonista nació en diciembre de 1960 en Madrid. Ya con tres años su mamá la introdujo como modelo infantil. Y con quince, debutaba en una comedia teatral de Santiago Moncada, Violines y trompetas, nada menos que con dos protagonistas de excepción, Jesús Puente y Juanjo Menéndez, aquellos soberbios actores que, al ser calvos, protagonizaron una simpática campaña publicitaria de una conocida marca de conservas que aludía a su alopecia. Conviene precisar que Violeta Cela tiene un curioso "curriculum", en el que figura como actriz de obras de teatro clásico y también asidua en las películas del destape y revistas del ramo. Porque su vis cómica, el buen quehacer dramático también, lo demostró en más de una ocasión, pero digamos que su popularidad la consiguió gracias a su físico, que mostró con todo su esplendor con escasa o ninguna ropa.
De la condición primera, registremos su paso por Televisión Española cuando contaba diecisiete años, incorporando el cursi personaje de "Alcanfor" en La mansión de los Plaff. Cinco años más tarde era protagonista de una obra de Juan Valera, Juanita la larga, llevada a la pequeña pantalla en varios capítulos. A partir de entonces, Violeta Cela gozó de un notable crédito como actriz, aunque no siempre fue reclamada para proyectos parecidos. En el cine, por lo común, incluso en películas como El año de las luces y La vaquilla, tuvo que mostrar sus pechos al aire. Y aunque también figurara en otras cintas de calidad, caso de Amanece que no es poco y Pajarico, su filmografía nos remite a engendros como Silvia ama a Raquel, de 1978, clasificada "S", que era puro erotismo y casi "porno", con argumento sobre un par de lesbianas: Violeta compartía cartelera con una tal Paula Morra... con la que se pasaba buenos ratos dándose "morrazos" sin pudor alguno. De 1979 era la también coproducción hispano-italiana Eros Hotel, título suficiente explícito para situarnos en secuencias de exhibicionismo total de Violeta. Sin llegar a esos extremos pero mostrando desde luego su cuerpo gentil aparecía en El alcalde y la política, junto a Alfredo Landa (que tantas cintas cutres hubo de rodar), y El soplagaitas, cuyo estreno tuvo lugar pocos días después del golpe de Tejero en el Congreso, en aquel infausto febrero de 1981. Le procuraron a Violeta Cela el papel de una esposa infiel, lo que según el guión estaba obligaba a desvestirse a las primeras de cambio. El título de ese vodevil dirigido por Mariano Ozores era porque el protagonista, encarnado por Fernando Esteso, siendo un músico en paro se veía en el trance de ganarse la vida tocando la gaita escocesa en un club de "top-less".
Germán Lorente, fallecido no hace mucho, especializado en películas de atrevidos argumentos con sexo, aun cuidando mucho la fotografía, contó con Violeta en 1980 en su película Tres mujeres de hoy. No se lamentaba Violeta Cela al ser más solicitada por su físico que por su calidad de actriz. Y así, en la ya desaparecida revista Garbo, declaraba: "Me desnudo sin permiso de papá". Una frase con humor en la que estaba clara su buena disposición a salir desnuda en la pantalla. En el número 20 de la también extinguida publicación La Luna de Madrid, un especial de verano con la leyenda "En pelotas", Jorge Berlanga dedicaba a Violeta Cela un amplio artículo, con profusión fotográfica de la susodicha, elogiando sus bragas, el sujetador y el liguero, con una prosa satírica y sutil, muy en la línea del que fuera letrista de Alaska y Los Pegamoides, hijo del gran director valenciano.
Pero no siempre tuvo Violeta Cela la suerte de contar con escritores de la talla del Berlanguita, y se tragó textos más infames y pies de fotografías en publicaciones como Lib, donde jugando con su nombre la motejaban cual "Flor de primavera", en la portada del número 436. Ya no existe tal publicación, bastante hortera por cierto; ni Interviú, que cuidaba más las fotos de bellezas en cueros vivos, donde Violeta apareció varias veces en la portada y hasta en un póster en las páginas centrales, muy celebrados por los camioneros de la época. Fotogramas, que afortunadamente comparece mensualmente en los quioscos, tuvo unas temporadas en las que, junto a sesudas críticas de películas y documentados reportajes sobre actores populares, incluía en sus portadas imágenes de bellezas dispuestas a mostrarse lo más sensuales posibles. Y así contemplamos a Violeta Cela supuestamente saliendo del baño cubriéndose el cuerpo con una toalla, que sujetaba a la altura del pubis; sin mostrarlo, desde luego, pero con una actitud bastante sugerente. El cine del destape se inició en las pantallas españolas mientras avanzaba la década de los 70, potenciado tras la Transición, hasta decaer ya en los 90, cuando las taquillas de esas salas de exhibición eran cada vez más reducidas. Y Violeta Cela, como tantas colegas de su generación, conforme cumplían años, tuvo que adaptarse a las circunstancias. Y hacer otros trabajos. Ya en el nuevo siglo, en 2010, tomó parte en la serie para una cadena de televisión de pago ¿Qué fue de Jorge Sanz?, dirigida por David Trueba. En esos últimos años, también trabajó en calidad de guionista, coordinadora y presentadora de algunos programas en Radio Nacional, y actriz y directora de doblaje.
Discreta en su vida privada, como contraste con su etapa de desnudos, guardó para sí sus relaciones sentimentales, entre las que apenas recordamos algunos novios de quita y pon, aunque uno hubo que le duró tres años, y otro del mundo del cine, el cámara Pepe Cortés. No sabemos nada de su vida actual, salvo que le gusta rodearse en casa de algún perro, y mantener, vía Instragram, imágenes suyas donde todavía la encontramos luciendo su simpático rostro, que acompaña con alusiones sarcásticas sobre los políticos del momento. Siempre fue una chica divertida.
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