Tamara Falcó está muy ilusionada con un nuevo amor. De momento no se sabe su nombre, pero ella ha dado muchos datos a la prensa esta semana: tiene los ojos verdes, es guapo y deportista, han tenido varias citas románticas (sin beso) e incluso han ido a misa juntos... pero mamá no tenía ni idea. A sus 37 años y a diferencia de sus hermanos, la hija más carismática de Isabel Preysler no tiene hijos ni ha pasado por el altar, aunque tampoco parece preocuparle. Lo que sí está claro es que al lado de Tamara no puede caminar cualquiera, prueba de ello las características de los hombres que forman parte de su lista de romances de juventud.
El primer novio formal que se le conoció fue Alberto Comenge Barreiros. Corría el año 2001, Tamara tenía 23 años y él 27. Alberto es hijo del afamado arquitecto Alberto Comenge y Mari Luz Barreiros, que contrajo segundas nupcias con Jesús Polanco, fundador del grupo Prisa. Alberto era un joven licenciado en Derecho con especialidad jurídico-empresarial por la Universidad San Pablo CEU y obtuvo un Máster en Leyes y Diplomacia en la prestigiosa institución Harvard. Un hombre de futuro brillante que encandiló a Isabel Preysler no solo por su cabeza, también por su corazón, ya que Alberto es patrono de la Fundación Barreiros y colabora con proyectos humanitarios en África.
A pesar de todo, lo suyo tan solo solo duró un año. A Comenge también le relacionaron con Blanca Romero, exnovia de Cayetano Rivera, pero ninguna de las dos llegó con él al altar. Lo hizo Laia Carvelló, una arquitecta catalana con la que se casó en septiembre de 2014 en su finca familiar de Valmayor (Valdemorillo), un enlace donde se dio cita la alta sociedad catalana y amigos como Javier Hidalgo, María Fitz-James, Alfonso de Borbón, Eugenia Silva, Carolina Herrera, Luis Medina, Laura Ponte, Olivia de Borbón, entre otros.
Tamara, una joven, guapa y bien rodeada, siguió pasándolo bien. El verano de 2005 se dejó ver por Mallorca e Ibiza con Bartolomé Fierro March, al que su entorno conoce como 'Bame'. Biznieto del fundador de la saga de banqueros y con gran atractivo, lo suyo no fue a más. 'Bame' trabaja en Nueva York para la casa de subastas Sotheby’s y durante años se le ha considerado uno de los solteros de oro de la jet set.
Su gran amor -o al menos el novio más duradero- fue Marco Noyer. Juntos formaban la pareja perfecta y eran objetivo de los paparazzi. Se conocieron en el verano de 2006 y Noyer se trasladó de París a Madrid para estar más cerca de la hija del marqués de Griñón. Se mantuvo ocupado con un Máster en Administración de Empresas, pero cuando el curso acabó, tocó regresar a la capital francesa para ocuparse de los negocios familiares. No lo hizo solo, aquella vez fue Tamara la que se mudó por amor.
Poco a poco Tamara fue ganando protagonismo y fama y sus compromisos profesionales la obligaron a volver a España. Marco y Tamara se querían e incluso pensaban en boda, unos planes que se vieron truncados por la distancia. La ruptura llegó en 2009, aunque fue completamente amable y se dejaron ver juntos en alguna ocasión, ya como amigos. Eso sí, no acudió a la boda de su exnovio. Noyer se casó en 2018 con la heredera estadounidense Bryna Butler en Palm Beach (Florida).
Después de tres años de amor, la joven Falcó se refugió en los brazos de un guapo italiano llamado Tommaso Musini. Nacido en Perugia (Italia), su familia se dedica a la explotación agrícola de la trufa. Estudió Economía en Estados Unidos y viajó a Madrid para hacer un posgrado en Finanzas en San Pablo CEU. Fue en Madrid donde Tommaso conoció a Tamara, cuando ella se emancipó, se mudó a un ático de Madrid y le alquiló una habitación para tener otra fuente de ingresos. Les presentaron unos amigos en común y fue todo un flechazo. La primera vez que se les vio juntos fue en un concierto de Lady Gaga en 2010 y de pasar tanto tiempo juntos en casa, comenzaron una relación que se alargó en el tiempo.
Cada vez que les fotografiaban las imágenes eran de lo más pasional, pero tampoco llegó a buen puerto. Entonces se dijo que Musini engañó a Tamara con una mujer con la que tenía una relación paralela en Italia, aunque ella declaró entonces que su ruptura fue "decisión de los dos". "Como no ha sido un final amargo los dos mantendremos nuestra amistad por encima de todo", explicó.
El último hombre que ocupó su corazón antes del actual fue Enrique Solís, hijo de Carmen Tello y Miguel Ángel Solís, aunque siempre se habló de ellos como "buenos amigos". Ellos tampoco confirmaron una relación... hasta que se rompió. Se les vio juntos en fiestas, photocalls, eventos y parecían de lo más compenetrados. Fue hace poco más de un año cuando Solís se sinceró en una entrevista en La Razón. "Creo que pintaba bien [la relación], pero os lo cargasteis los periodistas, se me quitaron todas las ganas".
Su vida cambió en unos meses y se vio superado por la presión mediática. "Enseguida me quité de en medio. Siempre supe tener los pies en el suelo. Quiero tener una vida privada tranquila, y no llamar la atención. En el momento en el que ganas 20.000 euros por un photocall, el dinero empieza a perder valor y comienzas a no valorar nada y te planteas que lo que ganas un día en un acto es el sueldo de un año entero", confesó.
Es posible que después de aquella ruptura Tamara se muestre más prudente. "No se dedica a ganar dinero. Tiene un trabajo que le gusta mucho, y lo hace porque cree en el bien social. Él ha crecido en un ambiente muy similar al mío, y ha decidido tomar otro camino, por eso le admiro", explicó a Chic en una entrevista reciente. ¿Tardaremos mucho en conocerle?