Amador Mohedano sigue ahogado por la deuda que arrastra con Hacienda desde hace años y que está lejos de solucionarse. Él siente que ha tocado fondo, pero también cree que todavía puede salir a flote. El hermano de Rocío Jurado ha roto su silencio con una sincera entrevista a Semana en la que habla claro de su situación. A pesar de todo, Mohedano ha ganado unos kilos y lleva una vida muy tranquila en el campo, aunque reconoce que tiene grandes necesidades.
El exmarido de Rosa Benito no tiene un trabajo fijo y en su día a día se dedica a atender la finca Los Naranjos, que fue propiedad de la más grande. "Vivo con lo que le llega a Jacqueline (su novia) y con lo que yo pueda aportar. Ella tiene su hipoteca y sus hijos. Vivimos con potajes, que es lo que engorda (ríe) y quitándonos de muchas cosas", aseguró a la revista.
Según explicó, "yo tengo una deuda que se va a pagar por una persona que se va a quedar con mi parte de la finca. Pero los otros 16.000 metros son de mi hermana, y ella no me va a dejar en la calle. No me voy a quedar sin casa". Sin trabajo y sin dinero, Amador reconoce abiertamente que, de ser posible, viviría de su hija Chayo. "Alguna vez he hablado con ella de prepararle una gira por Sudamérica. Si lo consigo, me iría con ella. Ella tiene una casa enorme y podría estar viviendo con ella preparando esa gira".
Su deuda asciende a 250.000 euros: 211.000 euros más "otros 26.000 que no están notificados y saldrán". Después, tiene otros 11.000 euros de deuda con la Seguridad Social, aunque esa deuda "la voy a solucionar de aquí a mayo". Él mismo confiesa que llegó a esta situación porque, después de participar en Supervivientes, se gastó mucho dinero en acondicionar la finca de Los Naranjos y no pagó a Hacienda. Luego llegó su trabajo como asesor del amor en Mujeres y Hombres y Viceversa, pero le embargaban el sueldo. Ahora está feliz viviendo alejado de la televisión, aunque eso implique no tener ingresos.