A comienzo de la década de los 70 Camilo Sesto, que iniciaba su salto a la popularidad con su espléndida voz y sus bellas canciones, nos presentó a su regreso de tierras hispanoamericanas a una guapa rubia, que viajaba con él desde Buenos Aires. Aseguró que eran novios. No le dimos mucha credibilidad a esa confesión, pero ella fue poco a poco apareciendo en las páginas de los semanarios rosa gracias a ese apoyo publicitario del cantante alcoyano, quien además le compuso la melodía "Isabel". Que era la mitad de su nombre compuesto, Graciela Isabel. Sus apellidos, Jakavicius Januleviciute. Se había dado a conocer artísticamente como Marcia Bell.
Hubo una cantante norteamericana, por cierto, también llamada así, luego no hay que confundirlas. Sus enrevesados apellidos respondían a su ascendencia lituana. El padre de Marcia era en su país un destacado concertista de piano. La familia pertenecía a la buena sociedad y en tiempos de la II Guerra Mundial emigraron a la Argentina, que es donde nació Marcia, hace de esto sesenta y seis años. Marcia Bell apareció en la década de los 70 en diferentes programas de televisión, como azafata de ¡Señoras y señores!, que dirigió Valerio Lazarov, luciendo su palmito. También grabó algunos discos, con canciones que le compuso Danny Daniel, con el que convivió por espacio de cinco años. Marcia siempre mantuvo que el cantautor de Gijón pensó en ella a la hora de componer una de sus más conocidas baladas románticas: "Por el amor de una mujer". Estuvieron a punto de tener un hijo y hasta de casarse. Pero Danny, seductor siempre, se fue olvidando de Marcia para sostener otras aventuras.
Y ella, entre posados para varias revistas eróticas, apareció en películas en plena expansión del cine del destape mostrando su bello cuerpo en todo su esplendor. Por ejemplo en ¡Qué gozada de divorcio!, ejerciendo un papel de masajista; en Los Liantes, como secretaria del personaje encarnado por Andrés Pajares; en El hijo de Pedro Navaja... La filmografía de Marcia Bell fue siempre en ese género vodevilesco donde viniera o no a cuento tenía que despelotarse, en la compañía, además del cómico citado, de Fernando Esteso, Juanito Navarro, Antonio Ozores y algunos otros. Los que, por cierto, salían en calzoncillos en la pantalla, siendo Marcia y demás "vedettes" las obligadas a aparecer en cueros vivos. Hoy, las feministas hubieran puesto un grito en el cielo, aupando pancartas en algunas de las galas de los Goya.
A Marcia empezaron a irle las cosas menos favorables, por lo que hizo las maletas y se marchó fuera de España. En 1982 se casó con el compositor y productor argentino Luis Ángel Márquez, fijando su residencia en los Estados Unidos. Le perdimos ya la pista, después de unos años en los que solíamos encontrárnosla a menudo en saraos y discotecas de moda. Rodó, por lo visto algunas películas en el extranjero, grabó asimismo varios discos. En 1987 se divorció y un año más tarde regresó a Madrid. Entre 1988 y 1990 tuvo amores con Gonzalo de Borbón, primo de don Juan Carlos, hermano del Duque de Cádiz, picaflor sentimental de abultado "curriculum", con tres bodas en su haber, la primera en Acapulco, que no fue legal.
Interesaba ya poco o nada Marcia Bell para la industria del espectáculo. Recurrió de nuevo a Camilo Sesto, al que terminó demandando en 1993, porque según ella no había cobrado lo estipulado en la gira que hicieron. Dos años después se retiró, volvió a tierras americanas. Finalizando 2010 atravesó una crisis emocional, causa por la que quiso quitarse la vida. Parece que ingirió un montón de pastillas que pudieron llevarla al otro mundo. Época en la que se ganaba la vida como camarera en un bar. Contó detalles de su vida cuesta abajo en uno de esos programas televisivos de fines de semana, donde reveló haber mantenido relaciones íntimas con un millonario mexicano, R. G., el mismo que también las tuviera con otras guapas del destape.
Pero a quien recordó más fue a Camilo Sesto, del que se confesó haberse enamorado como una loca, sin ser correspondida como ella soñaba. "Me he callado muchas cosas de él", añadiría. En 2013 se reeditaron antiguas canciones de Marcia en el álbum "De pura rabia". Finalmente se retiró a tierras levantinas para vivir junto a una hermana suya, modista. En los últimos tiempos, Marcia Bell se entretiene en las redes sociales, frecuentando Instagram.