Jorge Sanz, desolado por la muerte de Paloma Gómez, madre de su hijo con fibrosis quística
Se conocieron en Valentina, y más tarde se casaron. Merlín, su hijo, sufre una rara enfermedad.
El fallecimiento de la actriz Paloma Gónez, de cuarenta y seis años, ha llenado de tristeza a Jorge Sanz, su pareja en la película, luego serie de televisión, Valentina. Eran unos adolescentes que en el guión representaban los primeros amores que tuvo el novelista Ramón J. Sender. De aquel trabajo conjunto les quedó una gran amistad. Y luego, un amor que se reafirmaría a lo largo de los once años que duró su discreta relación, de la que tuvieron un hijo, Merlin, desgraciadamente enfermo desde que cumplió tres años, de una rara enfermedad de muy difícil o imposible curación, denominada fibrosis quística.
Jorge Sanz había entrado en el mundo del cine por pura chiripa. Hijo de un coronel, parecía que alcanzada su juventud seguiría las huellas profesionales paternas, pero a los nueve años un equipo del productor y director Pedro Masó llegó al colegio donde estudiaba el niño, eligiéndolo para debutar en una película, La miel, junto a Jane Birkin. Tenía entonces nueve años y un desparpajo notable, como comprobé al asistir a uno de los primeros días del rodaje, en un piso frente al estadio Santiago Bernabéu. Le gustó a Jorge aquel ambiente, al punto de que luego decidió abandonar sus estudios para dedicarse a la profesión de actor. Su papel en Valentina, donde tuvo a su lado nada menos que a un coloso de la interpretación, Anthony Quinn, le proporcionó críticas notables. Y sobre todo sus primeros roces amatorios junto a una casi niña llamada Paloma Gómez. Eran tan jovencitos que insinuar la palabra noviazgo no se ajustaba del todo a los sentimientos que ambos albergaban. Pero veinticinco años después se reencontraron como protagonistas de una comedia teatral. Y entonces, sí, brotó la chispa sentimental. Y se enamoraron apasionadamente.
Paloma Gómez ya había gozado de algunos éxitos en televisión posteriores a Valentina, en una serie muy seguida por la grey juvenil: Segunda enseñanza. En cuanto a Jorge Sanz se había colocado entre los mejores galanes de su generación, emparejado unas veces con Victoria Abril y otras con Maribel Verdú. Y alternando su sensualidad con ambas los vimos en una película muy taquillera de Vicente Aranda, Amantes, que rodaron en Burgos, entre la expectación de las escolares, que acorralaban al actor en cuanto finalizaba alguna secuencia, teniendo que ser protegido por la Guardia Civil. Once años duraría la muy discreta convivencia, fuera de los focos cinematográficos, entre Jorge Sanz y Paloma Gómez. Ni siquiera los más tenaces reporteros conocieron la intimidad de los cuitados, muy felices aunque con la sombra dolorosa de Merlín, el niño que tuvieron, enfermo aún a día de hoy, sin al parecer solución clínica alguna. No llegaron a casarse Jorge y Paloma, pero quedaron como amigos, al decirse adiós, comunicados siempre, sobre todo para seguir la evolución de la enfermedad del chico.
Jorge Sanz fue siempre un tipo sincero, muy sensible. Al punto de que en un almuerzo que tuvimos con él no le importó ante los miembros de la peña periodística "Primera Plana" confesar que, como actor, reconocía sus carencias, al no vocalizar debidamente. Defecto que ha acompañado a un par de generaciones de galanes, a muchos de los cuáles nos resulta difícil de entender lo que pronuncian. El físico de Jorge, aun con el inconveniente de su menuda estatura, no le restó admiradoras. Tuvo amores con una asturiana, de los que vino al mundo una niña, hoy con veintitantos años. Pero Jorge no se comprometió oficialmente con ella. También se le vinculó con una hija de la peletera Elena Benarroch, Yael Barnatán. Y entre otras fugaces conquistas, Jorge acabó por encontrar a quien parece ser lo ha llevado a una estabilidad hogareña, la francesa Aurélie Domingues, a la que conoció cuando llevaba sus asuntos de prensa. Les nació su hijo Lope y eligieron para vivir un pueblo de la sierra madrileña, Torrelodones, a treinta kilómetros de la capital. Su circunstancia familiar no le impidió a Jorge Sanz seguir en contacto con su antiguo amor, Paloma Gómez, para saber de su vida y, desde luego, fundamentalmente, por conocer la salud del hijo que tenían en común.
Paloma, con su perenne sonrisa, era un encanto de mujer, aunque artísticamente, no superara la popularidad que disfrutó merced a Valentina. Su última aparición ante las cámaras de televisión se ciñe al año 2012, en la serie Aída. Tampoco Jorge Sanz pudo mantener el mismo ritmo laboral de sus tiempos de Belle époque y La niña de tus ojos. Precisamente fue la segunda parte de esa última cinta , La Reina de España, su última película hasta la fecha, de 2016, que cosechó malas críticas. La despedida a Paloma Gómez ha sido muy triste para Jorge Sanz, quien le ha escrito un breve texto, recordándola, del que extraemos la frase más sentida: "Fuiste el mejor regalo de mi vida. Hasta siempre, Palomita".
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