Georgina Rodríguez hizo una visita exprés a España para acompañar a Cristiano Ronaldo en su vista en la Audiencia Provincial de Madrid. El exmadridista llegó a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y fue condenado a 23 meses de prisión –que no cumplirá– y a una multa de 18,8 millones de euros por eludir el pago de 5,7 millones a Hacienda. "Todo perfecto", dijo a la prensa a la salida de la Audiencia. Y no mentía, todo sigue a la perfección desde que el futbolista abandonara el Real Madrid para ponerse la camiseta de la Juventus. La familia al completo se trasladó a Turín y, a pesar del golpe judicial, disfrutan de su despreocupado y millonario estilo de vida.
La pareja de Cristiano, exdependienta convertida en modelo, ya no acapara las páginas y titulares de la prensa del corazón española, pero no es difícil perderle la pista gracias a su Instagram. La joven acaba de cumplir 25 años y, a pesar de su juventud, es una madre de familia numerosa completamente entregada. Georgina no ha dado ninguna entrevista ni participado en reportajes de revistas de moda italianas a diferencia de sus trabajos en España, donde la vimos en Glamour, Women's Health o Harper's Bazaar. Todavía en Madrid, fue una de las asistentes –junto con Mónica Bellucci– a un evento patrocinado por una conocida marca de cremas y organizado por la prestigiosa revista Vogue. El mismo año acudió al desfile de Balmain en la Semana de la Moda de París, una invitación que no está al alcance de cualquiera.
Parecía que con el traslado a Italia su carrera internacional despegaría, sobre todo cuando deslumbró al mundo posando por su cuenta en la alfombra roja del Festival de Venecia, como si se tratara de una estrella de cine más. Y ahí parece que quedó todo. Su último proyecto profesional consistió en firmar un contrato con Alo Yoga, una firma de ropa norteamericana especializada en esta disciplina. Como se puede ver en su Instagram, el resto del tiempo lo pasa en el jet privado de Cristiano, de viaje en viaje y siempre acompañada de sus hijos: Alana Martina, la niña que tuvieron en común; y Mateo, Eva y Cristiano Jr., hijos biológicos de Cristiano.
La prensa italiana apunta a que, a pesar de la gran expectación que generó la llegada de la pareja, su vida es de lo más normal. Salen a cenar, van de compras y realizan escapadas cuando el fútbol se lo permite. Ella es adicta a sus hijos y, de momento, parece que no tiene intención de cambiar.