El fenómeno Raphael es indiscutible. Desde hacía más de un mes no había una sola localidad libre para asistir al concierto que ofreció en el Teatro real de Madrid. Desde el momento que empezaron a sonar los primeros acordes de su primer tema y apareció en el escenario, el teatro se vino abajo en ovaciones.
Sin lugar a dudas, es uno de los artistas más queridos, y sus fans no pueden ser más fieles. Es impresionante la cantidad de gente joven que acude a ver al artista. Durante las dos horas y media que duró el concierto, Raphael no dejó de transmitir una jovialidad que llama la atención.
Combinó perfectamente temas de su ultimo trabajo con sus clásicos de siempre, y la mayoría del público presente, cada vez que terminaba un tema, se levantaba de su butaca para aplaudir al maestro. Las muestras de cariño fueron impresionantes, y las agradeció emocionado.
En una de las plateas pude ver a nuestra Carmen Jara, con su hermana Soledad, viuda de Paco Gordillo, que fue su represente durante muchos años, con los que mantiene una gran amistad. La familia Bono al completo, Ana Rodríguez asistió con sus hijos, y a la salida pude saludar a su hija Amelia con su marido Jacobo, el hijo pequeño de Raphael y Natalia, que me comentaron que habían estado unos días en Nueva York y estaban muy contentos por como había resultado el concierto de su padre.
Raphael es incombustible, este concierto lo va a llevar a Moscú, Londres, París y Miami. Él puede con eso y con mucho más.