Rosa Benito dijo adiós a la televisión pero no fue una despedida para siempre, y de vez en cuando se deja ver por el plató de Viva la vida, espacio que de momento sigue presentado Toñi Moreno hasta que la cadena ponga fecha a la llegada de Emma García. El programa trató el tema de las enfermedades mentales, un problema al que cada vez se le da más visibilidad.
Rosa habló de su situación personal y abrió su corazón ante los telespectadores confesando que sufrió depresión durante una larga temporada. "Tuve una depresión bastante fuerte, de hecho, estuve ingresada en San Juan de Dios porque yo quise y mi psiquiatra vio que era lo adecuado. Tuve unos profesionales maravillosos, te dan muchos ánimos y ellos intentan que tú vuelvas a tener seguridad en ti misma", explicó emocionada.
La exmujer de Amador Mohedano contó su situación para animar a todas las personas que sufren esa enfermedad a que se traten, ya que se puede salir. "El problema que he tenido es que todo me daba miedo. Me daba miedo ir a mi casa, estar en mi casa, iba llorando a mi casa. Yo soy súper feliz en mi casa. Me daba miedo la gente, es una desconfianza en ti misma… Quiero contarlo para que ayude a la gente y para que se sepa que se sale, pero hay que poner mucho de nuestra parte".
Sin embargo, le costó admitir que necesitaba ayuda. "Me doy cuenta de que tengo un problema cuando no quiero ver a nadie, cuando veo que me asusta todo.Tengo una amiga que trabajaba en un ambulatorio y le conté todo lo que me pasó. Es muy importante el ámbito que te rodea, tu familia, tus amigos… Te ayudan para que recuperes esa confianza que has perdido. Por eso animo a que se cuente, la vida está llena de locos maravillosos", dijo entre lágrimas.
Al final, ingresó voluntariamente en la clínica San Juan de Dios de Madrid especializada en salud mental. "No paraba de llorar. Estaba todo el tiempo en posición fetal, solo quería dormir. No quería ver la tele. Llamé a mi psiquiatra, le dije que necesitaba que me ingresara.Ella me dijo que ya tenía preparada la habitación. Mi hermana me dijo que para adelante, mis hijos también. Ellos querían verme bien. Pasé 48 horas muy mal, metida en una habitación. A día de hoy tengo que decir que sigo teniendo amigos de esos días que pasé allí", confesó.