Aunque ya está de vuelta con sus compañeros, el humorista Ángel Garó tuvo que abandonar durante unas horas la casa de Gran Hermano Vip para cumplir con un compromiso judicial. El concursante tuvo que viajar a Málaga para acudir a una cita en los juzgados donde se ha visto las caras con su expareja Darío Alberaira, que le interpuso una demanda por presunto maltrato.
Garó llegó a las instalaciones con unos cascos de música para evitar tener contacto con la gente que tenía a su alrededor. Hay que recordar que los concursantes de Gran Hermano no pueden tener contacto con el mundo exterior durante el tiempo que dura su participación en el reality.
Según desveló El programa de Ana Rosa, el humorista salió "mal parado" de la citación porque la Fiscalía ha aumentado de nueve a veinte meses la pena de cárcel que le piden por un delito de violencia doméstica. Garó no reconoció el delito y el juicio quedó visto para sentencia. Por su parte Darío sí pudo hablar con los medios de comunicación: "Estoy tranquilo, bien arropado por mi abogado, y confío en la Justicia. Estoy viendo a Ángel en Gran Hermano VIP y estoy contento de que tenga trabajo".