La eterna lucha en la moda entre la hiperdelgadez y la "naturalidad" de las curvas sigue anclada en una profunda, larga y silenciosa hipocresía. El discurso no verbal defiende el "cuerpo perfecto", pero el mensaje verbal promueve las curvas y eslóganes del tipo "la felicidad no está en contar calorías". Mientras sacan modelos de tallas pequeñas, los lemas hacen apología de la belleza natural no adscrita a una talla.
Cada semana, y no exagero, saltan un par de noticias a la palestra relacionadas esa guerra oculta entre la androginia y las curvas. Esta semana, el turno es para la polémica de la famosa firma de ropa Revolve, que lanzaba esta semanas unas camisetas con mensajes bastante confusos. "Estar gordo no es belleza, es una excusa", pone en una sudadera. Al parecer, el objetivo consistía en exponer mensajes duros y críticos para conseguir el efecto contrario: concienciar a la gente de esos lemas que conviven con nosotros con total normalidad.
La campaña se orquestó tan mal, que, como era de esperar, se filtró antes el producto que la filosofía; y las redes sentenciaban, asesinaban y hasta enterraban la marca. No sé si con sentido o no. Lo cierto es que, ¿quién quiere llevar una camiseta con un mensaje negativo?
Paralelamente, estos días los medios de moda se hacían eco del movimiento #MakeMySize por parte de una influencer, Kate Sturino, autora del exitoso blog y perfil de Instagram The 12ish Style. Bajo el lema en inglés que significa "hazlo en mi talla" se dedica a sacarse selfies en tiendas de moda, en donde posa con prendas de la marca en cuestión que claramente no terminan de ser "su" talla: desde un pantalón que le entra pero no se cierra, lo mismo con una falda, una camiseta que le sienta pequeña, etc. Es una manera de reivindicar las tallas "pequeñas", según la influencer, de las grandes marcas textiles que obligan a las mujeres a "adaptarse" a esas medidas impuestas.
Yo ya no sé si aplaudir esta campaña o si por contra dudar de la misma. No es ni hacer apología de la hiperdelgadez, pero tampoco la defensa del sobrepeso. Por otro lado, las marcas de moda no pueden tener 20 tallas. Cada cuerpo es un mundo. Hay una especie de cánones e indicadores generales, y las tallas que más se venden son las 38, 40 y la 42. Pero es muy complicado que las empresas que confeccionan la ropa sobre unas medidas, pueda abarcar todos los públicos.
A juzgar por las fotos de esta muchacha, estoy convencida de que en H&M encontrará ropa para su cuerpo.
Para todo lo demás, siempre nos quedaràn las fajas.