Bárbara Lennie es una de las más interesantes actrices jóvenes de los últimos años. Ella ha cumplido treinta y cuatro pero nos sigue pareciendo que representa menos, lo que puede ser un contraste habida cuenta de su intensa filmografía. Nació en Madrid, de padres argentinos que se enamoraron en nuestra capital: él, médico y ella psicóloga. El primer apellido nos lleva a Escocia, país de sus antepasados, y el segundo, Holguín, a otros de nacionalidad colombiana, emigrantes. Tiene Bárbara Lennie un atractivo currículum en el teatro, en la televisión (la popular serie Amar es para siempre) y sobre todo en la gran pantalla, a la que llegó después de intentarlo cierto tiempo (El Niño, Magical Girl, Una especie de familia, Todos lo saben…) siendo reclamada tanto por Pedro Almodóvar (La piel que habito) como por otros realizadores de las últimas promociones.
Bárbara viajó a Buenos Aires con sus progenitores y allí vivió hasta los seis años, que es cuando regresó a "los Madriles". Conforme avanzaba su adolescencia se sintió atraída por el mundo artístico. Fue con quince años cuando conoció a Jonás Trueba, con quien compartió diez años de amistad y de relaciones íntimas, y quien le fue inoculando más y más su amor al cine. Esa relación cuenta Bárbara Lennie que resultaría fundamental para convencerse de que su futuro estaba en el Séptimo Arte. Debutó en 2001 con una película de Víctor García León (el hijo de José Luis García Sánchez y Rosa León), Más pena que Gloria. Y ha ido ascendiendo progresivamente hasta ver reconocido su trabajo cuando hace tres años recibió un Goya por su interpretación en Magical Girl.
Si Jonás Trueba fue su mejor amigo y su primer novio, después mantuvo otra relación sentimental con el actor Israel Elejalde, con quien estrenó la comedia dramática La clausura del amor. Donde llegó a darse la circunstancia de que, cuando la pareja ya estaba rota aunque continuaran su amistad y su trabajo teatral, en esa obra precisamente representaban a una pareja en su misma situación, lo que acentuaba la intensidad de sus crudos diálogos.
Quien luego ocuparía el corazón de Bárbara Lennie es un fotógrafo de aire fornido, en tanto ella exhibe un físico espigado, de nombre Diego Postigo. Es quien compartió varios años de convivencia con la recordada Bimba Bosé. Tuvieron dos hijas: Dora, que tiene catorce años, y June, de siete. Un matrimonio que acabó en divorcio aunque Bimba y Diego continuaron en contacto permanente, particularmente por el cariño hacia sus hijas. La inesperada muerte de Bimba, víctima de un cáncer fulminante que le detectaron en 2014 acaecida hace año y medio supuso que las niñas, huérfanas de madre, pudieran quedar desamparadas, lo que afortunadamente no sucedió. Primero porque los Bosé las hubieran tenido consigo. Y luego porque el padre, Diego Postigo, se comportó como tal, decidido a ocuparse de Dora y June.
Claro está, podría haber existido un inconveniente: que Bárbara Lennie, su nueva compañera, le manifestara no estar dispuesta a ejercer de joven madrastra. Pero, todo lo contrario: sensible, cariñosa, la actriz se hizo cargo inmediatamente del problema de su pareja, de Diego Postigo, que cuenta cuarenta y tres años en la actualidad. Y estuvo desde el primer momento de acuerdo en tener a las dos niñas en su hogar. Las quiere y procura ir encauzándolas de cara al futuro. Ambas han heredado de su fallecida madre su vocación musical, extensiva a su tío abuelo, Miguel. Y desean ser cantantes también. La primogénita ya ha debutado ocasionalmente en una sala madrileña dando la impresión de que puede ganarse la vida con su bonita voz. Y la menor sigue también sus pasos. Son buenas noticias para Bárbara y Diego, aunque han pasado muy duros momentos desde que falleciera Bimba y cuando las pequeñas fueron a vivir con ellos y recordaban constantemente a su madre.