Cuando Pedro Sánchez fue candidato a la presidencia en 2015, nos presentó a Begoña Gómez,una mujer enamorada de su trabajo que ocupa el puesto de directora de consultoría en Inmark Europa. Sánchez aseguró entonces que su esposa se negaba a dejar su trabajo si éste llegaba a la Moncloa, pero no han pasado ni dos meses desde la moción de censura y la esposa del presidente del Gobierno ha decidido acogerse a una excedencia y dejar su empleo temporalmente, tal y como adelanta Vanitatis.
Hace apenas unos días, Gómez declaró a la revista Corazón TVE que nada había cambiado en lo esencial, ni para ella ni para sus hijas. "Sigo trabajando como siempre y mi deseo es seguir igual. El hecho de vivir ahora en La Moncloa no tiene por qué alterar mi vida. La suerte ha sido que esta situación se ha producido justo cuando nuestras hijas estaban a punto de finalizar el curso".
La primera dama ha decidido cambiar de planes y ahora quiere centrarse en su vida en la Moncloa. Cuando Sánchez llegó al cargo, se esperaba que Begoña apareciera con más frecuencia, pero su perfil ha sido más bien bajo. Tardó 26 días en aparecer en público, y lo hizo en la gala "África en la piel", una iniciativa impulsada por el dermatólogo Pedro Jaén para tratar a niños albinos en Tanzania con los fondos recaudados en la propia fiesta.
Según el citado medio, durante este tiempo la mujer del presidente se ha dedicado a organizar el traslado de su familia a las estancias de la Moncloa. "Salvo pintar, no han reformado nada más". Su intención ahora es ganar la visibilidad que se espera de ella y aprovechar su posición para apoyar proyectos sociales que lo necesitan, como el del pasado 28 de junio.
A diferencia de sus antecesoras Sonsoles Espinosa y Elvira Fernández, Begoña quiere optar por un perfil más parecido al de las primeras damas estadounidenses. Por ejemplo, Michelle Obama se centró en apoyar campañas para luchar contra la obesidad en su país y mejorar la nutrición de los ciudadanos, mientras que Melania Trump se dedica a las causas infantiles.