Al igual que Los Simpsons, la política puede adivinar el futuro. Y es que Bescansa ya predijo lo de llevar a su hijo al trabajo. Solo que con menos glamour, más ropa y sin ninguna gracia.
Modelo sale a desfilar amamantando a su hijo en una pasarela de lencería y ropa de baño en los EE. UU. Lo llaman "normalizar la lactancia". Yo lo llamo explotación infantil involuntaria con fines reivindicativos.
Las redes se llenan de polémica, y la marca, a la que me da pereza mencionar por ya no darle más promo, se llena los bolsillos de seguidores y de ventas.
Que conste que amamantar a un bebé debe de ser una de las experiencias más maravillosas. Que quede claro que estoy a favor de que una mujer, si está en un lugar público y su hijo tiene hambre, tenga que darle el pecho. Y que nadie ponga en duda que, según en qué circunstancia, acudir al trabajo con el recién nacido pueda tener sentido. Pero que no nos vendan la moto de que el niño, en ese mismo instante, tenía hambre y la modelo salió a desfilar con él.
Si soy taxista o conductora de bus, ¿le doy de mamar a mi hijo mientras estoy de servicio? Si soy cirujano y tengo un trasplante de riñón, ¿le doy el pecho a mi hijo? Si soy guardia civil, ¿amamanto a mi bebé mientras le hago el test de alcoholemia a una persona?
Vamos a ver: que dar el pecho a un niño no solo es ponerle la teta en su boca y a andar. Es buscar un lugar tranquilo, cómodo, y en donde el niño en cuestión pueda respirar, digerir tranquilamente la leche materna, y demás.
Sacar una modelo sobre la pasarela no hará cambiar a la sociedad y tan sólo se le está propiciando una actividad incómoda al bebé, en donde se le está utilizando como gancho para crear espectáculo y su posterior polémica. Para todo lo demás, Conexión Samanta.