En la nueva entrega de Lazos de sangre en TVE, protagonizado por la familia Ordóñez, vimos por primera vez en un programa de televisión a una mujer muy importante en la vida de Antonio Ordóñez: Pilar Lezcano, la segunda esposa del torero. Lezcano se había mantenido al margen de los medios durante más de veinte años, una tiempo en el que ha seguido de cerca todo aquello que le ocurría a su familia política.
Pilar recordó cómo surgió su amor por Ordóñez después de que su primera esposa, madre de Carmina y Belén Ordoñez, falleciera a causa de un cáncer. "Regresábamos de París y nos conocimos en el avión", comenzó y señaló que ese encuentro casual se produjo meses antes de la muerte de la esposa de Antonio.
Tras la muerte de su mujer en agosto, Antonio Ordóñez llamó a Pilar para concertar una cita: "En octubre me llamó y me invitó a comer", una comida que dio paso a una relación vista con malos ojos por las hijas del torero. "Mi madre lo vio como un ataque, como querer sustituir la figura de su madre", explicó Julián Contreras Jr., el único hijo de Carmina que participó en el programa.
Pasado el tiempo, llegaron las primeras fotografías a la prensa del corazón y la pedida de mano de Antonio a Pilar, una boda que llegó 14 meses después de la muerte de su esposa y que no sentó bien a las hijas de Antonio Ordóñez. Aún así, Pilar quiso señalar que ella nunca se llevó mal ni con Carmina ni con Belén: "Nunca hemos tenido guerra, yo estoy en paz. He tenido una suerte inmensa porque he tenido una vida maravillosa al lado de mi marido".