Pepe Navarro ha tenido que acudir de nuevo a los juzgados, y en esta ocasión la razón no ha sido por la tan traída y llevada paternidad del hijo de Ivonne Reyes. Ahora tiene que terminar de zanjar los acuerdos de su divorcio con su última esposa, Lorena Aznar.
El pasado abril, los jueces le dieron la razón al presentador, al querer vender el piso familiar, un magnifico ático en el madrileño paseo de La Castellana, para así poder saladar un serie de cuentas pendientes, a lo que su mujer se negó, pero que no tuvo más remedio que acatar el fallo del juez, y Navarro de esa manera contribuiría a pagar parte del alquiler para que allí viviera Lorena con sus hijos, y la manutención aparte.
A la salida de los juzgados de familia, Pepe prefirió no hacer ningún tipo de declaración, y tan solo se limitó a decir que todo estaba bien, aunque su rostro parecía decir lo contrario, por lo serio que se mostró. Por su parte, Lorena tampoco quiso aclarar nada de lo que había ocurrido, aunque la expresión de su cara era más animada.
La pareja decidió poner fin a los casi 10 años de relación, el pasado mes de Diciembre. De su unión nacieron dos hijos Laila y Darco, que por el momento se quedaron en el mismo colegio estudiando, y Lorena pretende quedarse por la zona, para así no tener que cambiarles a otro centro. Por el momento así es como están las cosas, lo cierto es que por unas cosas o por otras, las comparecencias de Pepe Navarro ante los juzgados se han convertido en un clásico.