Ha venido Ringo Starr, el mítico batería de The Beatles, a actuar a España en una serie de conciertos: el 26 fue en Barcelona, el 28 en Madrid y luego a La Coruña y a Bilbao. Probablemente el anuncio de su espectáculo con su banda His All Star Band no haya tenido, a juzgar porque aún parece que hay localidades sin vender, la misma expectación de otros ídolos del pop. Pero Ringo es una estrella; desde luego del pasado. Al que hay que reconocerle sus méritos como solista, cuando dejó a The Beatles y fundó su actual grupo, en 1989 de reconocida solvencia. Tiene una interesante biografía musical y cinematográfica. Luego está su agitada vida amorosa.
Se llama Richard Starky (nada que ver con aquel otro que se emparejó en televisión con Hutch), nacido el 7 de julio de 1940, a punto por ello de alcanzar los setenta años. Liverpool fue su cuna, mas resulta que no fue allí donde se unió a sus paisanos John Lennon, Paul McCartney y George Harrison, sino en Hamburgo, cuando aquellos aún desconocidos Beatles actuaban en el Star Club con el entonces batería del cuarteto Pete Best. Discutieron éste y George y el primero fue sustituido por Ringo Starr, que ya no abandonaría a sus siempre amigos. De niño vivió en un hogar de padres separados y la salud quebradiza: estuvo diez semanas en coma por culpa de una peritonitis, a punto de morir. Dos años se pasó en un hospital donde, para no aburrirse, se entretuvo tocando un tambor. Al ser dado de alta trabajó como mensajero unos días y luego en una empresa mecánica. La música era su pasión, entrando a formar parte de un grupo de Liverpool, Rory Storm & The Hurricans. Cuentan que tenía mala fama en su barrio, mas lo cierto es que cuando se hizo miembro de The Beatles quedó reflejado que era un tipo divertido, el más simpático de los cuatro. Fue considerado, andando el tiempo, uno de los cinco mejores baterías de la historia del pop-rock, apreciación que, desde luego, podría discutirse, pero así quedó a juicio de varios comentaristas. El jazz, country y el rock and roll fueron los ritmos que más le interesaron siempre.
En su círculo íntimo se le juzgaba como algo infantil. Socarrón, cachondo casi siempre, pese a esas gafas oscuras con la que parece vivir, escondiéndose, desde hace años, ahora ya con poco pelo y una cuidada barba. Ensayaba en sus comienzos con The Beatles en un local de Liverpool, que pasaría a la mitología del conjunto, Carven Club, o La Caverna. Un día se fijó en una preciosa morena, de la que se enamoró al instante. Flechazo al canto, citas apasionadas y una boda rápida, porque la novia, Maureen Cox Tigreet, familiarmente conocida como "Mo", se había quedado embarazada. Habían pasado dos años desde el primer encuentro. Entre los invitados faltó Paul McCartney, ausente en Los Estados Unidos. Tendrían tres hijos varones. Un decenio duró la convivencia de la pareja. Ambos se pusieron mutuamente los cuernos. El primero Ringo, que no paraba de viajar por todo el mundo, dondeThe Beatles eran aclamados como el más afamado conjunto pop, digamos con justicia que en clara competencia con otro no menos célebre, The Rolling Stones. "Mo" murió de leucemia en 1994. Para entonces, Ringo Starr llevaba ya una vida de millonario, al que no le faltaba ningún día chica con la que encamarse, porque sus admiradoras se metían en las habitaciones del cuarteto británico y ninguno de sus componentes se resistían ante ese acoso femenino. Entre algunas celebridades femeninas con las que intimó estaba Bianca Jagger, exesposa de Mick Jagger.
Y en una de esas giras multitudinarias Ringo quedó prendado de una rubia actriz norteamericana, Nancy Lee Andrews, treinta años menor que el músico. Siete años de relaciones, con la constante promesa de que se casarían algún día. Pero el inestable, emocionalmente, Ringo cambió de opinión cuando Nancy incluso ya había elegido el traje de novia. Terminaron llamándose todo en 1981, cuando ya el batería llevaba un tiempo siendo amante de Bárbara Bach, actriz y modelo, a la que había conocido rodando la película El cavernícola, en donde ella formaba parte del reparto. Nancy Lee, compuesta y sin novio, armó un escándalo en los periódicos poniendo de vuelta y media al británico, al que amenazó judicialmente con una demanda en la que solicitaba cinco millones de dólares en concepto de indemnización, para ser compensada por incumplimiento de promesa matrimonial. No la hicieron caso. Ni un centavo se llevó del fresco de Ringo. Respecto a quien la sustituyó, Bárbara Bach, divorciada y madre de dos niños, a Ringo no le importó pues estaba "hasta las cachas" colado por ella; se casaron el 27 de abril de 1981, cuando ya había olvidado por completo a tantas mujeres con las que se había acostado. Bárbara ha llenado su vida y aunque no han tenido descendencia continúan juntos, tan enamorados uno del otro. Claro está que ella, sabedora del pasado sentimental que adorna la vida de su marido, lo ha acompañado siempre que ha podido en sus viajes, evitando que más de una desconocida siguiera colándose en las habitaciones de los hoteles donde él se alojara. Una buena cancerbera.
Lógicamente, la actividad musical de Ringo Starr ha estado centrada como batería, es decir, la de instrumentista. Lo que no le impidió incluir su voz tanto en grabaciones como en directo, caso concreto de "Yellow submarine", "Act naturally" y "With a Little Help from My Friends". La disolución de The Beatles acaecida en 1970, aunque de vez en cuando algunos de ellos volvieran a reencontrarse en alguna grabación de amigos, estuvo precedida de constantes informaciones contradictorias sobre la posibilidad de que limaran sus disensiones y continuaran su brillantísima ejecutoria. No sería posible y con "Abbey Road" nos dijeron adiós. Paul llevaba la batuta con la autoridad de un dictador; John, entre ajeno y agresivo, sólo se ocupaba de estar en la cama casi todo el día con su nueva compañera, la nipona Yoko Ono, entrometida mujer que mucho tuvo que ver con la ruptura del grupo, en el que Ringo venía a ser un callado pero harto espectador de aquellas permanentes riñas y discusiones antes, en el momento de ir a grabar y después también. Cada uno hizo de su capa un sayo, siendo MacCartney el más favorecido al final, todavía en activo, en tanto John Lennon acabó asesinado por un enajenado admirador y George, entre sus misticismos y rarezas también se fue de este mundo, después de que estos últimos grabaran cada uno por su cuenta diversos álbumes.
Ringo Starr, digamos que también "se recicló". Intervino como actor en varias películas de The Beatles ("¡Qué noche la de aquel día!", "Help!", "Magical Mystery Tour!") y algunas otras sin sus compañeros de grupo. No hizo mal papel en esa faceta. Si como batería con The Beatles dejó sentada su personalidad, siendo "músico de oído" sin estudios musicales, con actitudes bufonescas para sus "fans", comenzó a prepararse más a fondo para su continuación como solista. No dejó de hablarse con sus antiguos compañeros, y gracias a su buen carácter recibió de ellos y de otros colegas ayuda para componer canciones y a partir de la primavera de 1970, con su álbum "Sentimental Journey" afrontó su futuro con más ilusión que buenas críticas. Harry Nilsson fue uno de los que más colaboró con él y le aportó nuevas ideas, con las que salió adelante. Participó como músico de sesión en grabaciones de distintos artistas y conjuntos. Y ya con la banda que todavía mantiene desde 1989, está de gira estos días programada por Inglaterra, Dinamarca, Francia y España. Ya no es el bebedor del pasado cuando echaba de menos, desconcertado, a The Beatles. Ni va detrás de unas faldas, porque tiene a su segunda esposa tras él, vigilándole. Dos de sus hijos, Zak y Jason también escogieron la batería para ganarse la vida. Se compró una mansión a las afueras de Londres, montó un estudio de grabación, vigiló su patrimonio, con negocios tan ajenos a su profesión como la de una empresa de diseño de muebles, y no se ha desvinculado hasta la fecha del pop y el rock, con lo que llenó su vida. En sus actuales conciertos interpreta piezas de su último disco, editado a mediados del pasado año, "Give more love", que mezcla, porque así se lo pide el público, con los inolvidables éxitos de The Beatles.