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La vida en la granja de Isabella Rossellini, millonaria gracias a las cremas

Rossellini cumple años y deja una excitante biografía amorosa que siempre apetece recordar.

Rossellini cumple años y deja una excitante biografía amorosa que siempre apetece recordar.
Isabella Rossellini | Archivo

A los sesenta y seisaños cumplidos este lunes, 18 de junio, Isabella Rossellini está feliz, porque aunque bromeando se considera ya "una mujer vieja", resulta que sigue siendo embajadora de una de las más importantes firmas de cosméticos, a la que lleva ligada mucho tiempo. Mantiene que las mujeres han de aceptar el paso del tiempo, aunque, como es razonable, deben cuidarse adecuadamente. Al margen de ese trabajo y de su faceta de actriz, tiene una vida rica en experiencias sentimentales. No ha tenido parejas estables de larga duración. Puede deducirse que ha triunfado como modelo, en los escenarios y en la pantalla, pero en cambio se le ha resistido más la felicidad como mujer enamorada. Mérito el suyo haber superado un trauma juvenil importante: fue violada cuando sólo tenía quince años. Episodio que contaría luego en su biografía. Retiene en su memoria el nombre de aquel canalla que se aprovechó de la amistad que tenían, pero nunca ha querido desvelarlo, pensando que en la actualidad ese tipo estará casado, tendrá hijos y si detalla todo cuanto le hizo, lo convertirá en un desgraciado de por vida. Ella recuerda que se negó a tener relaciones íntimas con él, pero considera que en Italia hay hombres que creen que detrás de ese "no" ellos pueden abusar tranquilamente por ser machos. Anecdóticamente, Isabella Rossellini tuvo ocasión de interpretar en la pantalla, en tres ocasiones, otras tantas escenas en que era "violada" ante las cámaras, según tales guiones.

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Isabella Rossellini para Lancome | Archivo

Cuando se fue a vivir a Nueva York ejerció de traductora y profesora de italiano. Y con Roberto Benigni realizó una serie de entrevistas para la RAI. Esa experiencia periodística le permitiría conocer un día a Martín Scorsese, el celebrado realizador de orígenes italianos, con quien se entendió en seguida a pesar de que desconocía su filmografía. Del trabajo pasaron a casarse en 1979, divorciándose en 1982.

Al cine había llegado Isabella Rossellini un poco por casualidad, aunque era evidente que con ese apellido, con un padre como Roberto Rossellini y una madre, Ingrid Bergman, nada parecía ser tan casual. Su debut estuvo bajo las órdenes de los hermanos Taviani, en "Il Prato". La revista Vogue la eligió como portada de uno de sus números, mimándola de tal forma que a día de hoy ha aparecido en ella en veintitrés ocasiones. Ello fue decisivo para que "Lancôme", la internacional firma del grupo "L´Oreal", le firmara un contrato en exclusiva, a partir de 1982. Un año más tarde, olvidada su unión con Scorsese, se enamoró de un atractivo modelo, Jon Wiedermann, con quien volvió a casarse. Tres años duró este segundo matrimonio de la actriz, que fue madre de una niña, Elettra, que en enero último la ha convertido ya en abuela.

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Con su padre y sus hermanos | Cordon Press

Muy poco después de su segundo divorcio conoció en un restaurante a otro director de cine, aupado en poco tiempo a la popularidad por sus atrevidos trabajos: David Lynch. La eligió como protagonista de Blue Velvet (Terciopelo azul) en un personaje dramático, el de Dorothy Vallens, sometida a una dependencia sexual, lo que obligó a la actriz a rodar secuencias de alto voltaje erótico. David e Isabella vivieron un apasionado idilio a partir de 1986, que duraría cinco años.

El hombre que más adelante conquistó el corazón de la italo-norteamericana fue el actor Gary Oldman, quien desde 1994 y durante dos años fue su compañero. Pero en 1996 él no tuvo más remedio que dejarla, por culpa de su adicción a las drogas, al despedirse de ella para someterse a una cura de desintoxicación. Y ella lo olvidó. Bastantes disgustos le había dado ya.

Entretanto, Isabella continuó su vinculación con la importante firma de cosméticos, que la convirtió en pocos años en millonaria. Ello la obligaba a posar para todas las campañas de promoción de sus productos y a viajar por todo el mundo con idénticos fines, en una de cuyas ocasiones pude entrevistarla en Madrid, pareciéndome una mujer encantadora y exquisita en sus formas y expresiones propias de una elegante dama. Pero si ese era su papel, ya que al fin y al cabo había recibido de su madre cuidada educación, una película traicionó de alguna manera el símbolo que representaba para la marca "Lancôme·. Resulta que aceptó rodar la película La muerte os sienta tan bien, de Robert Zemeckis, en donde incorporaba el personaje de una bruja que proporcionaba unas pócimas a cambio de ciertas contraprestaciones, asegurando que garantizaba con su ingestión una eterna juventud. Era de esperar: los directivos de la empresa de cosmética la sustituyeron en 1996, tras conocer aquel filme. Lo que no pudieron fue cancelar de momento su contrato, al no haber expirado aún. Tampoco ayudó a la un tanto inconsciente e ingenua Isabella su participación en un videoclip de Madonna, "Erótica", donde aparecía muy descocada. Su reconciliación con el grupo "L´Oreal" seguía estando en el aire, pero sin romperse del todo.

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Con David Lynch | Cordon Press

En esos "tira y afloja", Isabella tomó la decisión de irse a la competencia, logrando ser la vicepresidenta del departamento de márketing de otra destacada empresa, Lancaster. Y así fueron pasando unos años en los que volvió a alternar su faceta de actriz con la de ejecutiva de la citada firma. De amores, en ese periodo, sólo conocemos el que tuvo con un productor teatral, Gregory Mosher. Y en 2016, con gran sorpresa para la propia interesada, Isabella fue reclamada otra vez por la primera marca de cosméticos, en la creencia de que ella es una estupenda mujer para ejercer ahora el cargo de portavoz.

En los últimos años, dejando a un lado ese tema de los perfumes y las cremas, Isabella Rossellini viene interesándose por algo verdaderamente inusual en una actriz: el mundo de los animales. Montó una granja en Long Island (Estados Unidos), rodeada de animales. Lo que la llevó a publicar su libro Mis pollos y yo. Y además de esa dedicación avícola, decidió estudiar ¡la evolución de los mosquitos en el "Metro" de Londres! Parece una broma. Ha realizado varias giras teatrales por medio mundo, la más reciente este año, que la trajo a Barcelona en el mes de marzo, donde representó el monólogo "Link Link Circus", "dialogando" con un perro suyo, "Pan", amaestrado. Espectáculo donde reflexiona sobre las distintas especies animales que pueblan el planeta.

Por lo contado, a estos sesenta y seis años que estrena, no tiene Isabella Rossellini tiempo para aburrirse. Aunque ya no tenga interés de emparejarse con nadie. Vive sola. O mejor dicho, repetimos, rodeada de sus animales de granja.

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