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20 años después, Frank Sinatra sigue sorprendiendo

Sinatra murió hace exactamente 20 años. Su biografía sigue siendo fascinante. 

Sinatra murió hace exactamente 20 años. Su biografía sigue siendo fascinante. 
Frank Sinatra, fichado | Archivo

Era el viernes 15 de mayo de 1998 cuando Frank Sinatra falleció a consecuencia de un paro cardíaco en la sala de urgencias del Cedars Sinaí Medical Center de Los Ángeles. El actor y cantante norteamericano contaba ochenta y dos años. Toda una celebridad mundial. Escribir sobre uno de los mitos más importantes del mundo del espectáculo en el siglo XX resulta incidir sobre una biografía harto repetida. Nuestra intención es salpicar de anécdotas la figura de un ídolo al que se conocía como "La Voz". Precisamente una voz inolvidable, apresada en sus dos mil canciones grabadas y una imagen que no se ha borrado en nuestra memoria por sus películas. Sobre todo De aquí a la eternidad, en su gran interpretación del sargento Maggio.

Frank Sinatra estuvo por primera vez en España en la primavera de 1950, va a hacer por tanto sesenta y ocho años. Llegó a Barcelona el 11 de mayo dirigiéndose en un coche alquilado a S´Agaró, donde le esperaba Ava Gardner. Le habían llegado a Frank rumores de que en el rodaje de la película que ella protagonizaba, Pandora o el holandés errante, el torero Mario Cabré importunaba a la estrella para conseguir llevársela al lecho. Lo que ocurrió: sólo una noche. No obstante Mario insistía con proseguir aquel efímero "flirt". Sinatra logró despistar a los aduaneros del aeropuerto del Prat, pues portaba en su equipaje un collar de esmeraldas valorado en diez mil dólares, que envolvió en papel higiénico. Cuando estuvo en la habitación del hotel Sea Gull Inn frente a Ava Gardner y le entregó aquel regalo que escondía en el bolsillo de su pantalón se fundieron en un interminable abrazo hasta acabar encamados. Los seis días que Frank estuvo en la Costa Brava los pasó medio enfermo. Tenía mal aspecto, había perdido peso hasta llegar a menos de sesenta kilos. Lo que acabó de llenarle de ira fue contemplar en un diario una fotografía de Ava con Mario Cabré. Sinatra se enzarzó en una violenta discusión con la actriz, a la que agarró violentamente por el cuello. Decidió él anticipar su regreso un día antes, marchándose primero a París no sin advertir a la Gardner que la esperaba en casa, en Estados Unidos, por supuesto. Pero ella, aunque le dijo que lo del torero era cosa de la publicidad de la productora, le recordó esto: "Pide el divorcio. Si no lo consigues… ¡que te jodan!". Frankie se defendió como buenamente pudo: a su esposa, insistió, sólo la veía por asuntos de los niños que tenían. Nancy Barbato, repitió, era ya sólo un recuerdo. Sabido es que Frank y Ava se casaron el 7 de noviembre de 1951.

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Frank Sinatra regresó a España en abril de 1956 como una de las estrellas de la película Orgullo y pasión. Las otras eran Cary Grant y Sofía Loren. El papel de aquel era el de un campesino español sublevado contra los franceses en la guerra de la independencia. El rodaje se desarrolló a lo largo de cuatro meses en Segovia y provincia. Sinatra desde el primer día que llegó manifestaría que había sido un error firmar aquel contrato, y en cuanto pudo rodar sus escenas se marchó precipitadamente. Insultaba a Franco cuando le venía en gana, y en las cartas que enviaba con destino fuera de España incluía en el sobre un insulto al Jefe del Estado. En cierta ocasión escupió sobre una fotografía del General. Sinatra se hospedaba en el madrileño hotel Castellana Hilton; se trajo de su brazo a su penúltima amante, una bailarina de Las Vegas, Peggy Connelly. Frank "facturó" a Peggy de vuelta a los Estados Unidos tras hacer las paces con Ava, que por entonces vivía en un chalé alquilado en La Moraleja, "La Bruja". Su relación con la Gardner era diariamente de pasión y odio. Se peleaban por el menor motivo. Se hizo muy amigo de Perico Vidal, ayudante de producción, que lo llevaba a cenar a "Jockey" y después al tablao flamenco "Zambra". Le confesó el actor que dormía sólo tres horas. Le gustaba la noche y sobre todo hacer el amor a diario. Si había alguna buena actuación de jazz, como la de Lionel Hampton, no se la perdía. Bebía como un cosaco y al día siguiente maldecía tener que marcharse al rodaje, que le importaba un pepino. Una de aquellas veladas fue aquella en la que estando en el hotel Felipe II, de El Escorial, descubrió un piano, llamó por teléfono a Ava Gardner y estuvo cantándole una hora, hasta que comprobó que unos brazos femeninos se enlazaban a su cuello. Era ella, que había tomado un taxi para ir a su encuentro. Por lo tanto, Sinatra le había estado interpretando una serie de baladas románticas a través del auricular… sin que al otro lado estuviera ya ella.

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Con Ava Gardner | Cordon Press

Como buen italo-americano, Frankie sentía por su familia auténtica adoración. Años después de divorciado de su primera esposa, Nancy Barbato, aún se veía de vez en cuando con ella y sus hijos en torno a un buen plato de "spaghetti" con albóndigas. Hijo de un siciliano, Marty, boxeador, que no hablaba con casi nadie. La que mandaba en casa era la "mamma", Dolly. De adolescente Frank vendía periódicos. Con lo que ahorró pudo comprarse un traje. Un policía de su barrio al verlo tan endomingado creyó que había robado el terno, quiso detenerlo, riñeron y el traje quedó hecho trizas. Al volver a casa su padre lo abroncó diciéndole que nunca sería nada en la vida. Aprendió la lección. ¡Ah! Y Marty, el padre, le pegó una paliza a aquel agente del orden.

Sinatra era luego entre sus conocidos muy atento con sus músicos, los saludaba por su nombre. A su "clan" lo defendía a capa y espada procurándoles trabajo, si no lo tenían. La pandilla, los Rat Pack, ya saben: Dean Martin, Shirley McLaine, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Joey Bishop. El más tranquilo de todos ellos, simpático, era Martin. Al principio fingía estar borracho, luego terminó alcoholizado. Y como adoptada, la joven divertida y atractiva, Shirley. Era adorable y Frankie le tenía respeto. Con Lawford estuvo cinco años sin hablarse, cuando se enteró que había flirteado con Ava Gardner. Tiempos en los que él se acostaba con Marilyn Monroe… que compartía nada menos que con los hermanos Kennedy: el Presidente y el Ministro de Justicia de los Estados Unidos.

Sinatra vino otras veces a España. También para seguir disputando con otro torero, Luis Miguel Dominguín, para ver con quién se iba esa noche Ava, que ya estaba encanalladamente enamorada del diestro madrileño. A él le irritaba aquello, pero jamás se enfrentó a Luis Miguel, salvo con algunas frases irónicas, nunca físicamente. En su palmarés sentimental ya tenía una lista impresionante de mujeres: Judy Garland Lana Turner,Kim Novak, Lauren Bacall (con quien se lió poco antes de que falleciera su marido, Humphrey Bogart), Grace Kelly, Victoria Principal, Hope Lange…En 1966, a los cincuenta y un años, contrajo matrimonio con Mía Farrow, que parecía un mozalbete que sólo contaba veintiuna primaveras. Trece meses duró aquella sorprendente pareja. Frank se enfadó porque ella no pudo trabajar en la película El detective, prefiriendo rodar La semilla del diablo.

Podía presumir de ser el único al que la Mafia no le pasaba factura. Supo siempre guardar la ropa, aunque hasta su muerte quien más quien menos de su entorno callaba supuestas relaciones con la "Cosa Nostra", al menos con uno de sus miembros, Sam Giancana. En la década de los 70 Sinatra empezó a sentirse viejo, aunque no quería que nadie diera publicidad a sus enfermedades. Todavía ligaba con la que encontraba a tiro, y eso era frecuente. En 1976 se casó con Bárbara Marx, que había estado casada con uno de los hermanos Marx, Zeppo. Rubia despampanante en sus buenos tiempos, ambiciosa, a la que no podía ver la madre de Frank, quien advirtió a su hijo que tenía por mujer a una puta. Él, que reverenciaba a su madre tuvo que decirle: "Mamá, por favor…". Lo cierto es que Bárbara se portó muy bien con Frankie, al que procuró hacerle feliz ya en su ancianidad, cuando llevaba peluquín y su vitalidad se iba apagando poco a poco. Bárbara Sinatra, por cierto, fue un buen enlace para que Julio Iglesias, con el que simpatizaba, pudiera lograr el máximo sueño de su vida: hacer un dúo con "La Voz" y disfrutar de una cierta amistad con quien no era precisamente un tipo fácil para dejarse embaucar con el primero que tratara de hacerse publicidad a costa suya.

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Oficialmente Frank Sinatra realizó su última actuación en noviembre de 1995, con motivo de celebrar su ochenta cumpleaños en Nueva York, evento al que asistieron entre otras luminarias Bob Dylan y Bruce Springsteen. Ya hacía unos años que su enfermedad no le permitía continuar su carrera como antes. Muchos habían sido sus excesos y en 1986 le extirparon una parte de su intestino. Desde comienzos de 1997 vivía retirado en su casa californiana, en Bel Air, Beverly Hills.

Su corazón dejó de latir, finalmente, hace ahora veinte años. Su voz, insistimos, sigue acariciándonos cuando volvemos a escuchar algunas de sus inolvidables grabaciones. Por ejemplo, "My way". Porque, ya saben lo que siempre suele decirse sobre él: vivió, amó e hizo lo que quiso… ¡a su manera!

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