Aramís Fuster llegó al Deluxe con escoltas. Eran unos escoltas de pacotilla. De dibujos animados. Tipos grandotes vestidos de negro. Por Sant Jordi, Alfred ha regalado a Amaia España de mierda de Albert Pla, una novela malísima e inofensiva que el cantante publicó hace un par de años. Quizá lo único interesante es cuando habla de la "nueva academia de guardaespaldas para futuros mandatarios" de Podemos y Ciudadanos. No la he leído, no porque no lea basura, claro, pero he tirado de una reseña de El Español: "Debían ser guardaespaldas con una imagen más informal y cercana. Al mismo tiempo, las hostias que pegaban tenían que ser mucho más actualizadas, ser más sutiles y modernas, pero sin perder la eficacia de siempre. Estaban a favor de los golpes que provocaban hemorragias internas, nada de sangre ni moratones". Los de Aramís provocan hemorragias de risa. Sólo eran espectáculo para empezar, como aquella vez que Belén Esteban llegó en helicóptero, pero en barato.
Aramís Fuster dice estar amenazada. "Sé demasiado, tengo grandes secretos de masonería". Y parece una promoción de El Corte Inglés. Secretos de belleza, secretos de masonería. Qué casualidad. Yo tenía pensado escribir sobre la traductora Consuelo Berges (1899-1988) y la masonería. En 1931, al volver de América con Concha Méndez, pasan por París y allí las acoge su prima Julia Gutiérrez y María Blanchard, que era prima segunda. La pintora se había convertido al catolicismo y la anticlerical Berges se veía continuamente animada a ir a misa y visitar iglesias. Acabó huyendo. A finales de 1931 llegó a Madrid y desdeñó los cargos que su amiga Clara Campoamor le ofreció. Sigue escribiendo sus artículos. Colabora en publicaciones de la CNT, FAI y Mujeres Libres. Y se hace miembro de la logia masónica de Adopción Amor. Su nombre es Yasnaia. En el Boletín Oficial del Gran Oriente Español del 15 de agosto de 1892 aparece una Ley De Adopción. "…nuestra Federación no admite en su seno a la mujer sino que le designa un rito especial llamado de Adopción". Amor estaba situada bajo los auspicios de la logia Mantua, que a su vez dependía de la Gran Logia Española. Pese al campo de nabos que también era la masonería, Amor representaba la tendencia emancipadora durante la República. Consuelo Berges se empeñó en la igualdad de derechos masónicos de hombres y mujeres. En el artículo ‘La mujer y la masonería’ escribió: "No se me alcanza en virtud de qué convencimiento cabe afirmar que un hombre al recibir la luz masónica es dueño ni de mayor preparación ni de aptitud más excelente que la de la mujer".
No sé si me tomo en serio la masonería, pero sí me tomo a Aramís Fuster más en serio que a Ramón Espinar. Aunque no haga nada por las mujeres en la misteriosa organización. Ni siquiera me queda claro si es masona. Aramís sólo tiene grandes secretos. También tiene el convencimiento de que el Maestro Joao es un don nadie (y no como ella). Ya hace unas semanas le preguntaron por su técnica para leer el futuro en los culos. "Es una tontada total. Si esto fuera posible, ¿tú te imaginas que cada persona que fuera a su consulta, que no sé si la tiene: 'oye, quítate las bragas que te voy a leer el culo’? ¿Te crees que esto es normal?". Lo que más me gusta es que Aramís plantee la anormalidad de los demás. Y que tenga secretos de masonería.