¡QMD! refleja la polémica de la semana pasada, el enredo entre Letizia, Sofía y Leonor que ha acaparado titulares y titulares de prensa rosa (y hasta política). La revista se centra en los abucheos a Letizia en su reaparición tras la polémica, pese a los pitidos recibidos en unas Jornadas sobre Tratamiento Informativo de la Dispacidad en Redes Sociales celebrada en Madrid. Hay que señalar que, tras el altercado en Palma, doña Sofía y la Reina han reaparecido juntas y aguantado el tipo con una sonrisa en la boca, para aclarar al país que no, que aquí no ha pasado nada.
Además, Terelu y su hija Alejandra, que se echó a llorar en su propio cumpleaños, se merecen su propio rinconcito. "No todo fue Deluxe" en una mayoría de edad celebrada por todo lo alto, con famosos y prensa, en Gabana.
Lo mismo en Pronto, que relata la "complicada relación de Letizia y Doña Sofía". "Descubrimos las razones de su enemistad", dice el titular de Pronto, seducida también –al igual que la anterior– por el cumpleaños por todo lo alto de la hija de Terelu. Les resumimos: Letizia, que no es de sangre real, siempre aspiró a más control y voz propia en su papel de princesa, y no ser solo la reina consorte. La pasada semana la Reina estaba enfadada con su suegra por haber mediado para que la infanta Cristina pudiera acudir a la misa funeral por su abuelo don Juan de Borbón, pese a los reales esfuerzos de ella y Felipe para apartarla del núcleo de la Familia Real por el escándalo Nóos.
El carácter perfeccionista de Letizia ha hecho el resto durante años, propiciando pequeñas situaciones que no han facilitado la buena relación con sus suegros, que tienen -sin duda- otra visión de la vida en la corte. El factor que lo ha agravado todo, respecto a la Reina, es su obsesión por mantener la privacidad de sus hijas Leonor y Sofía pese a su constante exposición pública. Por su parte, doña Sofía previamente se había quejado de lo poco que veía a sus nietas, aunque lo hizo con su familia griega.