Julián Contreras ha vuelto a pisar el plató de Sábado Deluxe para enfrentarse a su entrevista más comprometida. El hijo pequeño de Carmina Ordóñez se sometió al polígrafo de Conchita para descubrir si todo lo que había estado contando durante estos años era verdad o mentira.
Sereno y más recuperado, Julián comenzó la entrevista con una mentira que no pasó desapercibida. Ante la pregunta de si había exagerado en alguna ocasión sus problemas para llamar la atención de los programas de televisión, Contreras respondió con un rotundo "no", pero el polígrafo dictaminó que mentía.
Otra de sus mentiras fue si envidiaba la vida de sus hermanos. Julián afirmó que "no" pero nuevamente salió que mentía. Contreras matizó que no era envidia, sino que simplemente ellos llevaban otro tipo de vida que él no tenía.
Además, salieron a la luz ciertos secretos sexuales. Tras haberse dudado de su orientación sexual en la promoción del espacio, Julián confesó no haber sentido especial curiosidad por personas de su mismo sexo. Además, confesó haber mantenido una orgía con cuatro mujeres y la existencia de un vídeo sexual suyo con el que fue extorsionado.
Entre las verdades destacó la envidia que siente por la buena relación que tienen Cayetano y Francisco con su hermano Kiko Rivera. Para Julián es injusto, ya que con su hermano por parte de padre también han tenido graves problemas. También Julián descubrió que en su casa siempre se había hablado mal de Isabel Pantoja: "En mi casa se ha mamado esto desde que nací. Mi madre ha estado con abogados y juicios ya que ella no entregaba los objetos de la herencia a mis hermanos".
De sus mentiras, Julián tuvo que matizar la pregunta sobre si sus hermanos habían mantenido a Julián Contreras padre, ya que él respondió con un "no" pero la máquina de la verdad señaló que mentía: "Mi padre ha tenido sus cosas, como una marca de ropa que traía telas de Marruecos. Si yo no pongo el restaurante no habría tenido ningún problema. Teníamos un capital mi padre y yo".
En cuanto a la herencia que le dejó su abuelo Antonio Ordóñez, Julián confesó que se había gastado los 100.000 euros antes de cumplir los 20 años: "Me lo gasté todo en clínicas de desintoxicación para mi madre".
Finalmente y entre todas las preguntas, Julián mintió –según el polígrafo– al afirmar que está dispuesto a pedir perdón a sus hermanos mayores. Una guerra sin tregua que parece no tener fin.