Pasa Antonio Banderas unos días intensos dedicados a promover al estreno de la serie televisiva "Genius", donde encarna a Pablo Picasso. Llevaba ya algún tiempo el actor malagueño con ganas de interpretar algunos pasajes de la vida y obra de su ilustre paisano. Carlos Saura no ha renunciado todavía a dirigirlo en un largometraje basado en los días en los que el pintor llevó a cabo su controvertido Guernica, que viene demorándose desde hace dos o tres años por problemas de financiación y producción. Pero haga o no Antonio Banderas ese nuevo trabajo picassiano le espera un año intenso: será a finales de mayo si no se tuerce el proyecto cuando en Italia se pondrá a las órdenes de la argentina Graciela Tagliavini, coautora al mismo tiempo del guión titulado "Devil May Care" donde, no se asusten, nuestro compatriota … será Dios. Y el diablo, el ex campeón de boxeo Mike Tyson. Nada más sabemos del asunto que, a priori, nos parece irá por los cauces del humor. Y después, Banderas se convertirá en pirata en el rodaje de El viaje del doctor Dolittle, aquel personaje infantil que conseguía comunicarse verbalmente con los animales, y que encarnará Robert Downey Jr. En el reparto, otros nombres brillantes: Emma Thompson, Ralph Fiennes, Tom Holland, Selena Gómez…
Hasta que llegue ese momento de reanudar sus compromisos cinematográficos, Antonio Banderas descansará unos días en su casa malagueña, situada precisamente en la plaza de la Merced, en una de cuyas viviendas nació Picasso. No va a descuidar el negocio del restaurante que piensa montar ni el del espectacular teatro, con dos salas, una de ellas dedicadas a estrenos para el gran público y la otra para representaciones de actores noveles, en su afán de dar oportunidades a cuantos quieran probar si tienen posibilidades para su misma profesión.
Y antes que todo ello, este Domingo de Ramos volverá a guiar el trono de la Virgen de la Málaga, por las calles de su ciudad natal. Antonio Banderas es Mayordomo de la Cofradía de María Santísima de las Lágrimas y Favores. En un momento del recorrido Antonio y sus hermanos cofrades entonarán las "Lágrimas de San Juan", especie de himno religioso que nunca deja de entonarse en esa procesión.
Siempre que ha podido el actor no ha dejado de procesionar con su Cofradía. Esa devoción la compartió con Melanie Griffith algunos años, en los que su exmujer estuvo a su lado durante la Semana Santa malagueña, junto a la hija del matrimonio, Stella del Carmen. También su actual compañera, Nicole Kimpel, con quien lleva algo más de tres años de convivencia, disfrutó de los desfiles procesionales el pasado año –puede que también éste- que contempló incluso con algunos de sus familiares desde un balcón de un hotel de lujo de la principal vía de la capital, la calle de Larios. Antonio Banderas, además de recorrer como penitente la procesión citada, tiene previsto, como hizo tantas veces, seguir muy de cerca otros de los brillantes pasos de su ciudad.
La afición de Antonio Banderas, cuando era niño, de imitar esos desfiles la desarrollaba en los pasillos de su casa, junto a su hermano Javier, portando una pequeña imagen del Cristo que la madre de ambos tenía en su habitación. La llevaban en sus hombros luego por la terraza. Unas primas de corta edad los acompañaban con velas. De aquel piadoso juego infantil, Antonio Banderas pasó ya de adolescente a ir de la mano de su madre por las calles malagueñas, siguiendo las procesiones. "Era como un teatro de la calle", le confesaba el actor a su biógrafa Ana Oliva. El olor a incienso, la presencia de los nazarenos con sus capuchones y la mano derecha tapándose la tela del rostro en días de viento. La emoción de escuchar alguna improvisada saeta desde un balcón. Con ocho años, recordaba Antonio pertenecer ya a una cofradía, la de la Pasión, de la que formaba parte su tío Serafín. Ya mayorcito fue costalero de trono varios años de la cofradía de las Fusionadas, asimismo miembro de la escuadra de gastadores. En años en los que, ya siendo un actor conocido en Hollywood no podía a causa del trabajo desplazarse a Málaga, llamaba a sus padres y a su hermano para que por vía telefónica le hicieran escuchar la música de cornetas y tambores de alguna procesión. Pocas Semanas Santas se ha perdido. Ya en los últimos tiempos le era imposible pasar inadvertido. Ocurrirá otra vez, seguramente, este año, cuando los reporteros vuelvan a enfocar sus cámaras frente al actor, embuchado en su vestimenta cofradiera. Y él no les regateará nunca la sonrisa. Así como su colega de proyección internacional Javier Bardem no cuenta, por su actitud, con las simpatías de los fotógrafos, Antonio Banderas es siempre tan encantador y amable y goza de la admiración general, sencillo y nada divo, cuando pudiera presumir, si quisiera, de una carrera que muchos esfuerzos le ha costado, hasta ser el actor español más popular de Hollywood en toda la historia del cine.