27 kilos menos pero la misma lengua afilada de siempre. Kiko Rivera se presenta estilizado pero enfadado en la revista Semana en una entrevista en la que arremete muy duramente contra su hermana Chabelita, que aún no conoce a su hija con Irene Rosales. "Mi hermana antepone las amistades a la familia", dice amargamente.
El hijo de Isabel Pantoja se lamenta de que Chabelita prefiera otros planes antes que conocer a su sobrina. "Es algo que me tiene muy triste y me duele, porque a mi hermana la he querido y la quiero desde el instante en que la vi". No obstante, también se apresura a aclarar que "si esto está así es porque ella quiere".
"Ella tiene una forma de querer particular, digamos un poco alejada, porque no es muy familiar". Y eso está bien, dice Kiko en Lecturas, aunque le gustaría que "fuese de otra manera". Asegura, también, que no ha asimilado realmente que es madre, y que desea una libertad que no puede tener. Sobre su manera de hablar de su abuela y madre de Isabel Pantoja, Doña Ana, sí que no tiene compasión: "Me produce pena. (...) con una persona tan mayor, la otra, tenga o no razón, tiene que morderse la lengua".
Todo, no obstante, ha sido fruto de una "confusión". "Dicen que yo puse algo contra ella en redes sociales y eso no es cierto. Yo quiero que quede claro que no la estoy criticando, pero hay detalles... Mi hija tiene un mes y medio y todavía no ha venido a verla y tiene las puertas de casa abiertas". En ese aspecto concreto no puede disculparla, ya que ella ha sido también madre, además mucho más joven que cuando él se estrenó en la paternidad. "Ya no es una niña", dice tajantemente.
Más tarde Kiko articula de dónde pudo venir esa confusión: "Es verdad que tomé la decisión de que no viniese el día del nacimiento, no porque no quisiera verla, sino porque en el hospital había mucha prensa. Escribí para que viniera otro día, pero no lo ha hecho todavía. Estoy dolido, no me gusta nada esta situación, pero no quiero ser yo el que tenga que solucionarlo. Tiene que salir de ella".
Gran parte de la entrevista está dedicada a hablar de su nueva y estilizada figura. Dice que, aunque nunca tuvo complejos, ahora se ve "más guapo" y que la ropa le sienta "mejor". "Eso me da más seguridad a la hora de hacer muchas cosas, hasta para subirme a un escenario. No quisiera volver a estar gordo nunca. Ahora soy más feliz".
Por otro lado, Kiko Rivera aclara sus prioridades familiares: "Mis hijos son lo más importante, pero es mucho más mi mujer porque, al fin y al cabo, ellos volarán y la que se va a quedar aguantándome es Irene, así que hay que cuidarla".