Carlos Patricio Godehard de Hohenzollern, descendiente de Guillermo II de Alemania,último káiser del Imperio alemán y último rey de Prusia, se arrojó desde la azotea de un hotel de lujo tras salir de prisión. El joven aristócrata de 39 años pertenecía a una familia con gran poder en Alemania, pero tras entrar en la cárcel por un delito de fraude, tuvo que alejarse de ella.
Ha fallecido cuando apenas le quedaban cuatro meses para gozar de la absoluta libertad tras cuatro años en la sombra. El viernes pasado se le concedió un permiso de fin de semana. Aprovechando la salida del centro penitenciario de Euskirchen en Renania del Norte-Westfalia, viajó a Frankfurt hasta el lujoso Hotel Intercontinental. Subió a la azotea del hotel, en el vigésimo primer piso del edificio y una vez allí saltó la valla de la zona el restaurante y se precipitó al vacío.
Todo apunta a un posible suicidio, sin embargo, las autoridades policiales no se atreven a darlo por confirmado: "Estamos investigando si se trata de un suicidio, ya que no hay indicios de que sea un accidente o un homicidio", publica el diario FAZ.
El triste final podría ser consecuencia de los problemas que le llevaron a prisión. El fraudulento uso de la fortuna de su padre le habría jugado una mala pasada personal que le llevó a tomar una decisión tan drástica. Hozenzollern gastó las cuentas millonarias de su padre para asociarse con un empresario en un negocio de temas de comunicación de bienes de lujo que fue una ruina. Las deudas le llevaron a pasar por la cárcel primeramente cuatro meses y, más tarde, en 2014, llegó la condena de cuatro años por fraude que estaba cumpliendo en la actualidad.