Un notable actor este Nick Nolte, aquel que hace algo más de cuarenta años nos tenía en vilo a millones de telespectadores que seguíamos sus peripecias en la serie Hombre rico, hombre pobre. Él era este último, Tom Jordache. El mismo que luego intervino en películas de gran éxito: El príncipe de las mareas, El cabo del miedo, La delgada línea roja… Un ganador, un galán duro al que la revista People lo nombró en 1992 "El más sexy del mundo". Y luego resultó ser un tipo incapaz de dominar su atracción hacia las drogas, el alcohol, al punto de ser arrestado y dar con sus huesos en la cárcel. Claro que ya de joven demostró ser un rebelde de cuidado. Ese lado oscuro de su existencia lo cuenta en un libro de memorias que acaba de salir a la luz pública: My Life Outside the Lines. Donde también se sincera contando sus numerosas conquistas femeninas. Todo esto cuando cumple setenta y siete años.
Nació el 8 de febrero de 1941 en Omaha, estado de Nebraska, Estados Unidos. Lo expulsaron del colegio en sus años adolescentes, cuando soñaba con ser una figura del fútbol americano. Se metió en líos. Una vez, por falsificar unos papeles a punto estuvo de pasar media vida tras los barrotes. Salió bien parado y encontró trabajo como modelo fotográfico. De ahí, salto al teatro y al cine, donde hizo en 1975 su primer papel de relieve al lado de Don Johnson.
Se había casado en 1966 con una compañera de la Universidad, Sheila Page, unión que duró cuatro años. Le siguió en su amplia lista amorosa Karen J. Ecklund, aunque con ella no llegó a legalizar su convivencia, que duró entre 1970 y 1977. Año en el que rodando El Abismo con Jacqueline Bisset no supo resistirse a los encantos de esta bella mujer de seductora mirada. Sharyn Haddad entró en su vida al año siguiente, con la que matrimonió en 1978 para romper un quinquenio después. En 1984, creyendo aquello de que a la tercera va la vencida eligió por esposa a una guapa modelo llamada Rebeca Linger, con la que tuvo un varón, Brawley, nacido en 1986. Parecía que Nick Nolte estaba más estabilizado pero con su constante costumbre de seducir a la primera mujer que le hacía caso, justo es reconocer que la paciente Rebeca se hartó y le pidió el divorcio. Habían pasado diez años de su aparente feliz hogar, en aquel 1994, cuando el actor se vio de nuevo soltero.
Me consta que Nick Nolte hizo lo posible por no romper con Rebeca. Me lo contó en Madrid, a poco de rodar en 1991 El príncipe de las mareas. Pero bien sabía él que Rebeca estuvo al tanto de los devaneos que mantuvo durante el rodaje con la actriz y en ese caso también directora, Barbra Streisand. Parece que Nick se resistió lo que pudo hasta caer en los brazos de Barbra, pero es que ésta se encontraba fascinada por su compañero y hasta le pidió irse a vivir juntos, lo que no llegó a suceder, por mucho que mantuvieran relaciones sexuales.
Y en seguida, tras su ruptura con su tercera esposa, se ligó a Vicky Lewis, con que permaneció hasta 2003 sin unión oficial alguna. Malos tiempos fueron aquellos para el actor, al que la policía detuvo en 2002 en Malibú cuando conducía bajo los efectos de una potente droga conocida como GHB. Confesaría consumirla desde cuatro años atrás. En la prensa americana como también en la europea aparecieron fotos de Nick Nolte con un aspecto verdaderamente espantoso. Para recuperarse tuvo que pedir hora a su psiquiatra.
Hasta que nada más dejar a su última amante ya tenía su repuesto: la actriz británica Clytie Lane, que le dio una hija en 2007, Sophie. En 2016 la pareja celebró matrimonio civil, el cuarto para él. Sincero, en una de las páginas de sus amenas memorias, confiesa: "Las mujeres son la mayor pasión para mí". Veremos cuánto le dura la última.