No corren buenos tiempos para Sergi Arola. El que fuera uno de los chefs más reputados de nuestro país, vive una situación económica crítica y estos días tuvo que ser atendido en las urgencias de un hospital Madrid por un ataque de ansiedad. Pero, ¿cuándo comenzó el declive? En 2013, el chef sufrió un varapalo cuando por sorpresa, seis funcionarios del Ministerio de Hacienda de Montoro precintaron la bodega, una mesa de la sala y el espacio de coctelería de su restaurante Sergi Arola Gastro en la calle Zurbano de Madrid, galardonado con dos estrellas Michelín, por impago de las deudas contraídas con organismos públicos.
Pese a haber reducido gastos, Hacienda no aceptó el plan de viabilidad ofrecido por el cocinero. Entonces, el restaurante debía un total de 308.000 euros: 148.000 euros a Hacienda y 160.000 a la Seguridad Social. En una entrevista en esRadio, el reputado chef reconoció que tuvo que poner en venta su casa para poder hacer frente a la deuda que le pudo llevar a hacer las maletas e irse fuera de España. A pesar de que su intención y la de su exmujer Sara Fort era reabrir el local, el matrimonio no consiguió superar ni los problemas profesionales ni los personales.
Hoy en día Arola, sigue investigado por Hacienda, concretamente por la unidad antifraude. Después de abrir La Broche y trasladarse al hotel Miguel Ángel, el éxito cosechado le animó a emprender por su cuenta y constituyó la sociedad mercantil Fortarola Restauración SL, con la que creó el Sergi Arola Gastro. En abril de 2017, esta sociedad presentó la solicitud de concurso voluntario de acreedores, con una gran deuda de siete millones de euros con bancos y proveedores, que ven imposible recuperar su dinero.
En la memoria aportada en el juzgado por Arola, la sociedad invirtió cinco millones de euros en la decoración y obras que se prolongaron durante dos años con la ayuda de un crédito hipotecario del Banco Espirito Santo (hoy Novo Banco). La apertura fue un éxito, pero el lugar no conseguía obtener beneficios. De hecho, la memoria señala que estuvo "en quiebra técnica ya desde el primer ejercicio".
El restaurante echó el cierre en 2016 sin poder trasladar la decoración, mobiliario o cocinas, que una vez subastados podían haberle servido para aliviar la abultada deuda .por la ruptura, también profesional, de la pareja, que se divorció en 2012 pero que mantuvo varios restaurantes gestionados a medias. El comunicado explicó entonces que tras casi 20 años de trabajo conjunto desde la apertura de La Broche, Arola y Fort dieron por finalizada una relación de trabajo con la que "cosecharon grandes éxitos y reconocimientos".
Su situación actual no tiene nada que ver con la que vivía hace varios años. El cocinero tuvo que vender todas sus propiedades, incluida su moto Harley Davidson, de la que se deshizo vía Twitter. También ha perdido su piso de Manoteras y un chalet en el norte de Madrid. Arola llegó a gestionar hasta 17 establecimientos pero ahora solo trabaja en LB by Sergi Arola, en el hotel Penha Longa de Sintra (Portugal), como un asalariado con nómina. A pesar de los problemas económicos, la cocina siempre ha sido su pasión, incluso llegó a reconocer que lo que más le duele es que "la gente confunde alta cocina con ser millonario". Los cocineros de alta cocina "somos profesionales que apostamos todo a un sueño", señaló en 2013. Arola tuvo que reinventarse, hizo las maletas y se trasladó a Santiago de Chile para participar en la edición chilena del famoso programa de cocina Masterchef.