Semana dedica su portada a Rocío Carrasco para asegurar que "está al límite de sus fuerzas". La razón es el contencioso judicial que mantiene con su ex, Antonio David Flores, y que está haciendo menguar la salud y los ahorros de uno y otro.
Lo novedoso esta vez es que Rocío ha sido considerada por la juez que lleva el caso como víctima. Víctima de presunto maltrato psicológico durante 18 años, un delito que podría provocar que Antonio David acabase entre rejas durante cuatro años.
Mientras, el ex guardia civil aparece dos páginas más adelante igualmente demacrado, y además, "acorralado por la justicia". Quizá la prueba de que el enfrentamiento es serio es el bajo perfil que ambos están tratando de mantener de cara a los medios.
Fuentes próximas a Roció aseguran que "ella está esperanzada, pero también agotada porque está llegando al límite de sus fuerzas". La Justicia acaba de tumbar el último recurso de su ex, que pedía que Rocío también se sometiera a pruebas psicológicas, pero la sección de Violencia Sobre la Mujer ha negado esta posibilidad al considerar que, como "víctima", no puede ser obligada.
La causa se abrió el pasado mes de marzo por las continuas manifestaciones en contra realizadas por Antonio David en los medios de comunicación a lo largo de los años, alegando que había sufrido presunto maltrato psicológico con secuelas evidentes.
"La situación le está pasando factura. Aunque ella se haya mantenido hermética a la hora de transmitir sus emociones a lo largo de estos años de conflicto y enfrentamientos sin cuartel". Y es que, aun ganando el juicio, sería una victoria amarga para Rocío, que al fin y al cabo sufre apartada de sus hijos.
A este conflicto se suma su nula relación con la familia Mohedano, que le ha dado la espalda tras el conflicto por la herencia de su madre, y que incluso se ha posicionado del lado de Antonio David en esta demanda. Un annus horribilis para Rocío Carrasco que aún no ha terminado.