Ya retirado de los ruedos, según él "para siempre" (que en el mundo taurino no siempre sucede, pues los hay que como en tiempos "Antoñete" y más recientemente Ortega Cano no acababan de cortarse la coleta) Francisco Rivera, el diestro con más polémicas y cuitas con la justicia, ha visto satisfactoriamente resuelta su querella contra Charo Vega, condenada a pagarle doce mil euros, por intromisión en su honor. Fue cuando en un programa de televisión se permitió desvelar según ella los amores sostenidos por su amiga Lolita con el torero, aprovechando de paso para recordar los que mantuvo también con el padre de éste, Paquirri. El mote, por cierto, lo ha llevado Fran Rivera en los carteles durante las últimas temporadas. Desde que Charo Vega, tía de Pastora (la ex de Imanol Arias) y nieta de la legendaria Pastora Imperio compareciera en aquel espacio televisivo su amistad de siempre con Lolita se enfrió hasta acabar con una relación que les venía desde que eran niñas. Las dos familias estuvieron siempre muy unidas. Lola Flores era una admiradora del arte de Pastora Imperio, y yo recuerdo el homenaje que la Faraona le rindió cuando llevaba su restaurante Caripén, inolvidable almuerzo en el que ambas bailaron desparramando su arte por arrobas. Pero es que también Lolita tiene antecedentes junto a Charo Vega de una pasión en común por Joan Manuel Serrat. En tanto el Nano únicamente mantuvo una sincera amistad con Lolita, sin palabras mayores, estaba fascinado por la belleza gitana de Charo, siendo muy jovencita. Fui testigo un verano en Marbella de cómo a Joan Manuel se le iban los ojos detrás de la figura juncal de Charo, vigilada entonces por un novio con el que tuvo un fugaz matrimonio, antes de desposarse con el representante artístico de Isabel Pantoja que fue también si no tan efímero desde luego un segundo fracaso.
Quedó comprobado, por las confesiones de la propia Lolita, que Paquirri fue uno de los grandes amores de su vida. Compartió con él más de un mes de pasión en una de las fincas del diestro, situada en Constantina. Al tiempo que, cuando por su profesión viajaba a Madrid y ella se quedaba en esa ciudad sevillana, el seductor matador de toros se encamaba en el piso que tenía en la calle de Arturo Soria la murciana Marita García, más conocida como Bárbara Rey. Y dícese que estando allí la pareja muy amartelada, llamaban a Constantina a ver si había novedades y Lolita, al otro lado del auricular, conminaba a Paco a que volviera pronto. Lo que ya se nos hace más difícil de creer es aquello que la propia Lolita reveló. En vísperas de su mortal cogida en Pozoblanco, torero y cantante se vieron en Madrid. Recordaron viejos tiempos y él la invitó a acompañarle a Logroño, a la penúltima corrida que le quedaba esa temporada. Era como decirle que podían reanudar aquel idilio del pasado. ¿Para separarse de Isabel Pantoja? Dudas se suscitaron en el sentido de que Paquirri estaba harto del entorno familiar de Isabel. Pero Lolita, según ella, no se atrevió a dar ese paso sin atreverse a ir con él a la capital riojana.
Pasaron unos años. Aquel niño que ella había conocido en su infancia, se hizo adulto. Un joven, desde luego todavía, llamado Francisco Rivera Ordóñez. Que se tenían cariño no parece albergar dudas. Pero cariño familiar. Si hubo roces, roneos o como se quiera, puede. Pero de eso a que traspasaran ciertas líneas rojas como ahora se dice, creo que hay un buen trecho. ¿Le inspiraba simpatía Fran a Lolita? ¿Por qué no? Chico guapo, simpático en la intimidad (mucho menos con los reporteros), millonario… ¿Se atrevió Lolita a repetir aquellos amores vividos con el Paquirri senior con Paquirri junior? Es el secreto que ellos guardarán o no. Pienso que sólo una buena amistad, íntima y todo lo que se quiera, les unió unos meses. Pero insistimos sin traspasar esos límites que cualquiera entenderá. Lo demás, "pasto" para las revistas del corazón y ganancia de "paparazzi" empeñados a captarlos muy acaramelados. Vieja historia ya cuando Francisco es muy feliz con su última esposa, retirado de los ruedos y atento a sus prósperos negocios. En tanto que Lolita, recuperada de su bache económico gracias a sus funciones teatrales y sus apariciones televisivas como jurado de concursos para artistas noveles, manifiesta tener el corazón muy tranquilo. La verdad es que sus matrimonios y sus otros escarceos le han deparado más problemas y quebrantos de todo tipo que momentos de felicidad.