La dirección de la 28 Semana de Cine Fantástico y de Terror, a celebrarse en San Sebastián entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre, ha elegido a María José Cantudo como reclamo publicitario, tanto en un vídeo promocional como en el cartel anunciador, donde aparece convenientemente caracterizada de vampira, recordándonos a la condesa Mirkala de Ceremonia sangrienta, que Jorge Grau rodó en 1972. Retirada de la pantalla desde hace más de tres decenios se ha visto gratamente sorprendida por este honor que le ofrece el citado festival donostiarra. No es ajena al género que publicita pues con sólo dieciséis años intervino en El espanto surge de la tumba, de Carlos Aured, que era su segunda incursión en el cine. Posteriormente rodó otros títulos de terror: Las alegres vampiras de Vogel, de Julio Pérez Tabernero, al año siguiente, 1973, cuando estaba embarazada de cuatro meses de su hijo Manolín (fruto de su matrimonio con Manolo Otero) y El huerto del francés, al lado de Paul Naschy, quien se significaba así como actor y como director, algunas veces, con su nombre real, Jacinto Molina.
Alejada por tanto hace bastantes años también de las pasarelas teatrales revisteriles, únicamente aparece en algunos programas televisivos del corazón, de vez en cuando, por lo común para defenderse de algún infundio, como ella aseguraba fue cuando la relacionaron como amante del millonario mexicano Ramiro Garza,productor de varias películas en las que fue contratada generosamente como estrella. Alfredo Landa, que compartió cabecera de cartel a su lado en una de ellas contaba en sus memorias que el tal Garza solía elegir muy bien a sus actrices, con las que procuraba tener relaciones íntimas. Textualmente, transcribo: "Ramiro Garza Cantú era un multimillonario mexicano… Conectadísimo con un hermano en la cúpula del PRI… Viajaba mucho a España y lo primero que hacía era escoger a la moza que más le gustaba… Vio unas fotos de la Cantudo y fue a por ella. Y también, por lo que parece, se enamoró a lo grande. Estuvieron a punto de casarse. Además del pisazo de rigor creó una productora sólo para lanzarla en Suramérica. PIASA se llamaba. Producciones Internacionales de América. Le firmó trece películas aunque sólo llegó a hacer "Piernas cruzadas", porque rompieron al poco tiempo o él se encaprichó de otra, eso no lo sé".
¿Y a qué se dedica en los últimos tiempos María José Cantudo? A sus labores de decoradora y restauradora profesional. Haciendo recuento de su vida, refería que vino a Madrid a la edad de quince años con el propósito de estudiar Arte y Decoración. Luego, se encontró con un modo de ganarse la vida en el que nunca había pensado: ser actriz de fotonovelas. De allí y respaldada por un título de miss, saltaría al cine. Donde en 1976 armó un buen escándalo al ser la primera mujer en España que en una película apareció, en la escena final, mostrando sus encantos frente a la cámara, totalmente desnuda. A esa escena ella misma considera que le debe la notoriedad que ha disfrutado durante mucho tiempo. Y mucho más, pues dice estar "en muchos libros de Historia". No miente, pues en las enciclopedias cinematográficas es citada profusamente por ese film, como también en otros volúmenes relacionados con los cambios de nuestra sociedad en ese periodo de tiempo conocido como el de la Transición.
La película de marras fue La trastienda, que la produjo su buen amigo, José Frade, que siempre se ha relacionado muy bien con algunas de sus estrellas, como hizo también con Norma Duval, a la que incluso convirtió en su esposa por algún tiempo. "A mí, ese rodaje –refiere María José Cantudo- me pilló con dieciocho años. Yo era aún una chica de pueblo y ese desnudo me dio mucha fatiga pero ahora estoy orgullosa de él. ¿Por qué? Ese pubis exuberante fue una maravilla aunque la visión apenas durara dos segundos y medio. España debe a mi pubis muchas alegrías. Con ello aporté libertad a la mujer en nuestro país".