No soy amigo de abusar de los anglicismos pero cuando me dispongo a iniciar este artículo no encuentro otra expresión que la que tanto viene repitiéndose en las redes sociales: trending topic. Aplicada a José Manuel Soto, quien en su cuenta de twitter, valientemente, viene enfrentándose a los sediciosos y separatistas catalanes y a los no menos indignos "podemitas" en su afán por acabar con España sea como sea. Acerca de los yihadistas que cometieron la barbarie de las Ramblas barcelonesas el cantautor sevillano escribió: "Vienen a por nosotros… Yo prefiero pelear". Y sobre el partido morado que lidera el profesor Coleta, comenta que "nace de la demagogia y el resentimiento, desenterrando fantasmas de la guerra civil". Grabó un vídeo sin morderse la lengua para hacer ver a los catalanistas que quieren separarse del resto de los españoles lo equivocado y absurdo de sus propuestas. Y entre otras opiniones, quienes también atacan a los católicos debieran profundizar sobre cuánto la Iglesia está ayudando a quienes padecen tantas necesidades. Comentarios todos ellos sensatos, responsables, dignos de un buen español. Lógicamente, si se ha ganado la simpatía de muchos también le han atizado los antisistema de costumbre. Tal vez, por la cobardía y revancha de los de siempre esas intervenciones suyas le pasen factura a la hora de ser contratado en Cataluña, de ahí el riesgo que viene corriendo con sus mensajes.
Celebra esta temporada José Manuel Soto su trigésimo aniversario como cantante profesional, que se ha visto resaltado en julio durante su actuación en el Teatro Real de Madrid. Nacido en Sevilla en 1961 su infancia y juventud transcurrió en el barrio de Heliópolis, en el seno de una acomodada familia de la burguesía rural andaluza. Dada la proximidad de su domicilio con el campo del Betis se despertó en él, de chico, el sueño de jugar algún día con los blanquiverdes, lo que nunca sucedería. En cambio, a poco de estar en Madrid cumpliendo el servicio militar comenzó a interesarse por la música, con influencias no precisamente andaluzas sino de cantautores de la talla de Serrat y Aute. Un amigo le había aleccionado tiempo atrás a aprender a tocar la guitarra. Los estudios le interesaban poco, y dudó si matricularse en Derecho, Filosofía y Letras o Educación Física. Pero su paso por la Universidad hispalense fue breve y pronto colgó los libros. Únicamente mostraba pasión por el deporte, llegando a ser campeón de Andalucía en la especialidad de atletismo, los cien metros lisos. Optó por ganarse la vida cantando por bares y terrazas de Sevilla y el Puerto de Santa María con unos amigos, con quienes montó una serie de locales frecuentados por una clientela juvenil. En los primeros años 80 proliferaban en aquellos contornos. Estudiantes y aficionados sin más propósito que divertirse y de paso obtener algunos beneficios. En el caso de Soto y sus colegas, al tener por vía familiar contactos con personajes de elevado rango, ampliaron su círculo de acción en fiestas de sociedad, incluso fuera de España, en Caracas y Miami.
Cuando alguien a quien llamas "asesino" t salva la vida... pic.twitter.com/5wz3bFMTjw
— Jose Manuel Soto (@JOSEMANUELSOTO1) 28 de agosto de 2017
Atractivo, rubio, con ojos azules, José Manuel, tipo además simpático y dicharachero lo justo, con un punto de timidez, se convenció de que su carrera sería la música y ya cansado de su época de fiesta en fiesta, grabó su primer disco en 1986. Un año después registraba otros dos álbumes. En el tercero, "Por ella", aparecía la balada romántica de igual título, compuesta en recuerdo de su relación sentimental con Carmen Ordóñez, historia que prefirieron ocultar. También se incluían otras como "Para olvidar un amor" y la primera que compuso, "Piénsalo bien". "Por ella" le significó ser conocido en ámbito nacional, a lo que contribuyó sus apariciones periódicas en 1988 en el programa "Querido Pirulí", que animaba aquel progre guionista, tempranamente desaparecido, Fernando García Total, que "descubrió" a Carmen Maura como sorprendente presentadora.
Las canciones de José Manuel Soto reflejaban vivencias cercanas a través de sencillas baladas, algunas de ellas con toques rumberos. Nunca tuvo una voz especial pero tal vez por esa manera directa de interpretar, fue ganándose su fiel parroquia de seguidores. Musicalmente avanzó mucho con su grupo en años siguientes, para sortear asimismo sus carencias también evidentes como compositor. En 1989 participó en el Festival de la O.T.I, con buen resultado. De aquel desdén inicial por la música popular andaluza pasó a cultivarla, olvidándose ya de sus admirados cantautores consagrados. Y así grabó un disco por sevillanas y poco a poco, dentro de ese panorama un tanto impersonal de baladistas y rumberos que vienen actuando de un modo gris desde varias décadas con sus murgas, José Manuel Soto alcanzó un "status" notable, gracias a su esfuerzo por ganarse un estilo propio. Se acercó a otras músicas de allende el Atlántico con sones de salsa y de ese modo en sus actuaciones pudo variar su repertorio, en principio bastante monótono y con canciones muy parecidas entre sí. "Déjate querer" sería otro de los títulos emblemáticos que siempre le ha reclamado su clientela. A su fallecida madre le dedicaría "Volver a verte".
Contrajo matrimonio en 1992 con la encantadora Pilar Parejo, con quien ha tenido tres hijos: Rocío, Marcos y Jaime. Con ellos tres hizo una gira musical en 2013. Y es que han heredado la afición por el cante. En particular los dos chicos, que hasta han formado un dúo llamado Mi hermano y yo. Esos treinta años de profesión le han proporcionado un apreciable patrimonio. Incluso años atrás le dio por formar parte de una empresa taurina, regentando alguna plaza y dirigiendo la carrera de cierto matador, negocio que no le fue tan próspero y le supuso perder treinta millones de pesetas y no sé si también la amistad con su socio, Gonzalo García-Pelayo,un conocido productor, director de cine y discos, que era por cierto su representante. José Manuel Soto ha sido normalmente un hombre afable con los periodistas, aunque alguna vez lo encontramos airado, incumpliendo la promesa que nos había hecho. Fue en vísperas de su boda. Nos juró y perjuró que podríamos contar con su invitación, sin que mediara un duro de por medio. Para pocas fechas después desdecirse, sin más explicación que ¡Hola! le había propuesto una exclusiva, que no podía desechar. Pienso que con el tiempo ha ido cambiando de actitud. Es patrón de la Fundación Alalá, que se ocupa de proporcionar medios de integración en sociedad de chicos de la barriada sevillana de las Tres Mil Viviendas, inadaptados en un medio hostil donde abunda el trapicheo de la droga.
Aunque de apariencia seria, es hombre con buen sentido del humor. La alopecia, para quien la padece, es objeto a veces de bromas continuas, sobre todo cuando se es demasiado joven para que se luzca una calva. José Manuel Soto fue perdiendo pelo a marchas forzadas hasta que se decidió hace unos meses a someterse a un trasplante. De momento, los resultados han sido discretos, pero a él eso no le importa demasiado. Sus "fans", en el escenario, no parecen tenerlo muy en cuenta