Como cada verano, Olegario Vázquez Raña ha disputado una indiscutible posición de honor en Avión, el municipio gallego por excelencia para el magnate durante los meses de verano. Vázquez Raña ha cumplido como anfitrión de lujo en su habitual fiesta estival, rodeado de las figuras más importantes del mundo de los negocios.
Resulta paradójico que un pueblo gallego de escasos 2.000 habitantes quede ocupado durante días por magnates del sector empresarial de la talla de Raña y Carlos Slim, dos de los hombres más influyentes dentro y fuera del país. Pero cuando el invierno duerme y aflora el verano, los convites veraniegos amanecen en las zonas más ilustres de Orense, lo que despierta la curiosidad de todo el vecindario del extremo norte de España.
La historia de Olegario Vázquez Raña resulta cuanto menos esperanzadora, de duro comienzo y esplendoroso final. Perteneciente a una familia de origen gallego, sus antepasados se vieron obligados a emigrar hacia la Ciudad México con el fin de labrarse un futuro digno y emergente. Peldaño a peldaño, se fueron abriendo paso en una ciudad completamente desconocida para ellos pero con mucho que aprovechar. El anfitrión se convirtió en un magnate de éxito donde los haya, cómplice y amigo de personajes influyentes de su misma índole social.
Raña, concebido como ilustre apellido entre grandes del sector, es propietario del grupo empresarial Los Ángeles, tal y como indica la versión digital del periódico ABC. Su patrimonio se encuentra repartido a través de una larga ristra de negocios en la hostelería, la comunicación o la banca, una mina de oro que sigue rindiendo bajo el mandato del dignatario.
Carlos Slim, por su parte, se consagra como un habitual entre los asistentes al cortijo. También familiarizado con México, es uno de los hombres más poderosos del planeta y se posiciona como el sexto del ránking mundial. Utilizando un inocente tono irónico, no es de extrañar que su poder emerja de las piedras a estas alturas de la vida, pues no es para menos siendo el propietario número uno de la telefónica Claro. No obstante, el multimillonario llegó a alcanzar su actual posición gracias a las notas de constancia y superación que protagonizaron su carrera profesional. Slim no podía faltar a la revolución y aterrizó en Vigo, donde Vázquez Raña fue a recogerle con su Rolls-Royce a las puertas de la terminal.
Ambos protagonizaron este gran festejo en Avión, por donde pasearon su elegancia e intercambiaron saludos y comentarios con sus habitantes. Los vecinos del pequeño municipio gallego esperan como agua de mayo estas fechas con el propósito de que los empresarios se dejen ver por las calles del pueblo. Esta suele ser la semana elegida por los directivos para su retirada estival, que coincide con las fiestas patronales de la aldea.
Muy lejos de esta dicharachera visita, la privacidad prevalece en el anterior convite, repleto de lujo y ambrosía: treinta kilos de pulpo, delicatessen de la tierra, rodaballo cuidadosamente cocinado y acompañado de música casi celestial al estilo gallego. Gaitas y gaiteros vestidos para la ocasión en un paraje salvaje, perfectamente cuidado. A la lista de asistentes faltó uno de los invitados de honor de todos los años, el habitual empresario Amancio Ortega. Querido por muchos por sus notables muestras de generosidad, el fundador de Zara y dueño y accionista mayoritario del grupo Inditex, no pudo asistir al evento por cambios de agenda. Tampoco hizo acto de presencia el banquero venezolano Juan Carlos Escotet. Se espera que el año que viene los astros de los negocios puedan reunirse.
A esta fiesta de renombre acudieron otros ilustres como Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia desde el año 2009, y Alejandro Blanco Bravo, cabeza del Comité Olímpico Español (COI), del que Raña es miembro. También dejaron verse por allí el empresario gallego, Manuel Gómez Franqueira, propietario de la agroalimentaria Coren, como relata nuestra fuente prioritaria.