"No me gusto. No me gusta lo que veo. Me estoy mirando al espejo, y no me reconozco". Con esa crudeza comienza Frente al espejo, el libro de Terelu Campos escrito en colaboración con su gran amigo Kike Calleja. El reportero ha dado forma a una serie de conversaciones íntimas en la que Terelu ha repasado su vida: su feliz infancia, la extraña relación con su padre, la lucha por ser hija de María Teresa Campos y el cáncer que detectaron en diciembre de 2011.
Con un prólogo de Raphael, Terelu define su libro como "un poner por escrito lo que nunca se ha dicho" y en el que se incluye fotos inéditas en las que la colaboradora aparece junto a personas que ha formado parte de su trayectoria vital y profesional.
"No me reconozco"
A Terelu no le gusta el reflejo que el espejo le devuelve. No reconoce su cuerpo. No es lo que quiere ser. Y así lo detalla en su libro, donde reconoce que "hace mucho tiempo era de una manera muy distinta". "Es evidente que estaba bastante mejor. También es verdad que en aquella época era, tal vez, más feliz. Todavía no habían llegado a mi vida todas las tormentas y las decepciones que han ido surgiendo como una mancha de lava en los últimos años"
El jodido cáncer y el recuerdo de Beatriz
Uno de los capítulos más emocionantes es el referido a la enfermedad que le diagnosticaron en diciembre de 2011: un tumor de mama: "En ese momento se me pasó de golpe la vida. Lo primero que pensé era cómo se lo iba a tomar mi hija, mi hermana, mi madre… Era Navidad y tomé una decisión: callar mi preocupación", confiesa. "La sensación es la misma que si un camión se pasara por encima. La buena noticia es que ese camión no me había matado", dice sobre la primera inyección del tratamiento.
Sorprende también la forma especial en la que recuerda a Beatriz, la por entonces pareja de Alejandro, padre de su hija, y que falleció a causa de un cáncer mama. Tras su salida de los días que pasó en Gran Hermano VIP, Terelu recibe la noticia de su enfermedad: "Nunca tuve una gran amistad con ella, pero a las dos nos unió fundamentalmente la enfermedad. (…) Cuando a ella le detectan el cáncer, desgraciadamente está en una situación mucho más complicada que la mía. Pero yo la animo. Intento darle fuerzas. (…) De Beatriz me quedo con una gran lección ante la vida y la muerte. Me llevo su serenidad".
Muerte y perdón de su padre
El capítulo más duro de Frente al espejo es el que dedica a la memoria de su padre, José María Borrego, y que se quitó la vida cuando Terelu tenía 18 años: "La historia ocurrió con premeditación y alevosía (…) Y allí se pegó un tiro. Fenomenal, ¿no? Yo siento mucha pena, pero mucha pena por mí que tenía dieciocho años y por mi hermana que tenía diecisiete. No es fácil convivir con eso. No es sencillo olvidarte de esa gran putada", recuerda.
Con dolor, rememora el momento en el que María Teresa Campos les comunica la noticia: "En ese instante lo odié. Lo odié con toda mi alma. Con toda mi rabia. Y mi dolor. Y mi amor. Porque yo le quería. ¡Muchísimo! (…) Prefiero quedarme con aquel padre que me llevaba al parque y a tomar el vermut los domingos. Aquel padre que me llamaba guapa y me sacó de paseo una tarde de sol por la Gran Vía de Madrid. Y al recordar eso lloro sin consuelo posible. Lloro porque nunca nada podrá devolverme aquellos momentos, aquella felicidad. Lloro porque a lo mejor hoy, más que nunca, lo necesito".
Un capítulo que termina con el rencor que durante años acumuló: "Te perdono, papá". Un punto y final a muchos años de silencio.
Su lucha con la fama
"Ahí estoy yo, en el escaparate de un quiosco, con una foto y un titular, como con mi vida recién sacada del horno", confiesa sobre la primera vez que fue portada de una revista del corazón. Una fama que no le llegó de golpe, sino que fue progresivo hasta que "un día te despiertas y tienes un paparazzi debajo de la alfombra".
"Yo no me planteo si me gusta o no la fama. Simplemente he decidido hacer un trabajo de cara al público que tiene sus consecuencias: buenas, buenísimas, no tan buenas y fatales".
Frente al espejo se pone a la venta el día 12 de julio.