José Luis Rodríguez 'el Puma': "Cada día que me levanto es un milagro"
"Cada día que me levanto es un milagro", asegura El Puma, aquejado de una grave enfermedad pulmonar sin cura.
Contemplo un vídeo grabado en Miami recientemente en una cadena de televisión donde aparece José Luis Rodríguez el Puma hablando sobre la enfermedad que le aqueja desde hace tres años: una fibromatosis pulmonar que no tiene cura. El aspecto físico del popular cantante venezolano ha sufrido un serio deterioro. A pesar del maquillaje al que se sometería para dicha entrevista es perceptible en su rostro las huellas de su terrible enfermedad. Como siempre fue muy cuidadoso con sus cabellos presentaba, no obstante, un vistoso peinado con vetas blancas. Aunque también lo hemos visto fotografiado no hace mucho sin ningún tinte, ya con el pelo completamente nevado. Tiene setenta y cuatro años y lleva tres sin actuar en público, pues en sus circunstancias tuvo que recibir alguna vez oxígeno en pleno escenario para continuar su espectáculo. Varios amigos y colegas, para animarlo, se ofrecieron a intervenir junto a él en un disco, que ha aparecido semanas atrás con el título "Inmenso".
Es muy triste saber de esta desgracia de un ídolo de la canción en toda Hispanoamérica, que inició su carrera a comienzos de los años 60. Estudió para técnico electricista al tiempo que en sus ratos libres actuaba como vocalista de varias orquestas juveniles, especializadas en el repertorio de Los Platters y otros conjuntos melódicos. Contratado más tarde como cantante de los Billo´s Caracas Boys, terminaría triunfando como solista, especializado en boleros, baladas románticas y temas folclóricos sudamericanos. En 1965 conoció a la actriz-cantante Lila Morillo, con quien contrajo matrimonio al año siguiente. Fueron padres de dos hijas, Liliana, en 1967, y Lilibeth, en 1972. Protagonista de varias telenovelas, lo fue en 1974 de la titulada Una muchacha llamada Milagro cuyo personaje central le proporcionó tal notoriedad que, en adelante, tomó su apodo para proseguir la carrera musical: el Puma.
Hijo de un comerciante canario llamado José Antonio Rodríguez y de la venezolana Ana González, es el menor de una familia numerosa de once hermanos. Su deseo de triunfar en España se vio satisfecho cuando en 1977 el jerezano Manuel Alejandro le compuso "Voy a perder la cabeza por tu amor", que sería su mejor tarjeta musical para darse a conocer entre nosotros. Un año más tarde el mismo autor firmó para el venezolano un álbum conocido como "Por si volvieras", como el tema central. Sin desatender su mercado hispanoamericano, "El Puma" grabó de su compatriota César del Ávila otro título imprescindible ya en su repertorio: "Pavo Real". Volviendo a recurrir a Manuel Alejandro, (quien por motivos de derechos ante el Fisco solía firmar junto a su mujer, Purificación Casas Romero, utilizando el seudónimo de Ana Magdalena) con otra pieza pegadiza, "Dueño de nada". En todas esas melodías, José Luis Rodríguez el Puma hacía gala de su buen gusto interpretativo y sobre todo de una voz poderosa, llena de matices románticos.
Siempre entre los artistas han existido rivalidades y celos. Julio Iglesias no era ajeno por entonces a la popularidad que despertaba su colega en los países de habla hispana y a raíz de un festival en el que ambos tomaron parte sugirió a "El Puma" que por qué no grababan juntos siquiera una canción. Meditó éste seriamente la propuesta, sintiéndose halagado de que el madrileño le pidiera un dueto, pero no estaba muy seguro de que la idea le fuera rentable. Más veterano que aquel, no logró pese a todo adivinar lo que Julio se proponía: una jugada maestra. Nada como tener al "enemigo", al rival, en casa. Y "El Puma" acabó firmando una exclusiva con la multinacional CBS. La misma casa de discos que Julio Iglesias. Operación que se saldaba con la estrategia de éste para tener vigilado a su oponente. No obstante cumplieron lo pactado: unieron sus voces en una canción, "Torero".
"El Puma" se encontraba, a mitad de los años 80, disfrutando de un incontestable triunfo, no así su esposa, Lila Morillo, a la que los años y otras cuestiones le pasaban factura. De los problemas profesionales que tenían y de los continuos desplazamientos de José Luis llegaron a la determinación de decirse adiós. En 1986 firmaron el divorcio. Pronto se recuperó él de aquella crisis sentimental, emparejándose con una linda modelo cubana, Carolina Pérez, con quien tuvo una hija en 1987, a la que impusieron el nombre de Génesis.
La actividad musical de "El Puma" continuó adelante, con grabaciones periódicas de más boleros y rancheras de José Alfredo Jiménez y otros relevantes compositores. Los españoles Pablo Herrero y José Luis Armenteros le procuraron otra balada importante: "Culpable soy yo". Montó algunos negocios relacionados con la música y la televisión, un canal que llevaría el nombre del artista. Se mojó en política, como en tiempos lo había hecho su madre, apoyando la candidatura presidencial de su país de Carlos Andrés Pérez. Aunque "El Puma" hacía mucho tiempo que no vivía en Caracas y había sentado sus reales en Miami, en un "penthouse" que dicen por allí, donde a finales de los 80 pude entrevistar al ídolo y a su encantadora segunda esposa. Y como ya llevaba instalado en Estados Unidos el tiempo suficiente para solicitar la nacionalidad norteamericana, así lo hizo, obteniéndola en 2004, sin perder la suya propia venezolana.
Aquel año "El Puma" vivió un desagradable suceso. Su tercera hija, Génesis, que contaba diecisiete años, mantenía relaciones con un galán mexicano, Mauricio Islas, que la dejó embarazada. El cantante lo denunció, alegando que ella era menor de edad y se aprovechó para violarla. El joven se defendió asegurando que aquellas relaciones habían sido consentidas. El escándalo llenó las páginas de revistas y diarios; los programas rosas de las televisiones hispanas se hicieron también eco. Y para embrollar aún más el incidente compareció ante los medios de comunicación su primera mujer, Lila Morillo, declarando que no era la primera vez que tal cosa sucedía en la familia, pues la primera hija que tuvieron, Liliana, teniendo ésta sólo seis años, fue violada por un empleado de la casa. Mas entonces "El Puma" sopesó el asunto y creyendo que si denunciaba a ese tipo le iba a acarrear perjuicios en su carrera de cantante, optó por silenciar el caso.
Los años posteriores a ese último drama familiar los ha vivido "El Puma" todavía manteniendo su prestigio como cantante, aunque los años no perdonan y la voz se le fue menguando. No lo suficiente para pensar en la retirada. Lo que sí ha determinado que lleve tres años largos alejado de los escenarios, ya quedó dicho al principio es a causa de su enfermedad terminal. Declaraba hace pocos días lo siguiente: "Cada mañana que me levanto cuando puedo es para mí un milagro, porque no sé si estaré vivo más tarde. Sigo una terapia de respiración para fortalecer los pulmones y espero recibir unas células madre. A estas alturas pienso en mi pasado, en que llevo cincuenta y cinco años viajando sin parar. El trabajo me absorbió tanto que me olvidé de los demás, como si estuviera embriagado. Sí, me arrepiento de haberme perdido muchas fechas al lado de la familia. Y es que la vida, pienso ahora, es como una jungla en la que perdemos el rumbo. Sólo pienso en Dios y en un milagro".
Siempre tuvo mucha fe religiosa. Aunque, siendo católico, en 1973 decidió afiliarse a una comunidad protestante. Hay en su discografía algunas canciones de contenido piadoso. Es consciente de su delicado estado. A mí me recuerda su caso al de Antonio Molina, también aquejado de fibrosis pulmonar en el último tramo de su carrera.
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