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Las cinco bodas de Armando Manzanero (incluyendo la que acabó mal)

Canta este lunes en Madrid a sus 81 años.

Canta este lunes en Madrid a sus 81 años.
Armando Manzanero y Susana Zabaleta | Cordon Press

El género musical más romántico de todos se llama bolero. El primero que se compuso, "Tristezas", fue en Cuba y está fechado en 1883. Después de Cuba, México es el país donde más se ha cultivado. De allí es precisamente el mejor compositor, Armando Manzanero, que cumple sus bodas de oro como cantante. Este lunes, 29 de mayo, actúa en un escenario madrileño, el Nuevo Apolo. Entre más de medio millar de creaciones, quedan para la historia, entre otras: "Contigo aprendí", "Adoro", "Somos novios", "Cuando estoy contigo", "Esta tarde vi llover", "Mía", "Esperaré", "Puedo morir mañana"… Muchos han sido los intérpretes que han realizado versiones de sus éxitos, y entre ellos destacan Elvis Presley y Frank Sinatra.

Armando Manzanero ha llegado a los ochenta y un años con una extraordinaria vitalidad, física y artística. Mide un metro y cincuenta y cinco centímetros y él mismo, en un curioso libro donde contaba historias de su familia, bromeaba sobre las burlas a su físico o cuando alguien hacía referencias a sus ancestros, los mayas. No es muy sabido que antes de triunfar como cantante se ganara la vida con modestas orquestas, tocando el acordeón y luego el piano. Cuando hacía tiempo que estaba acostumbrado a acompañar como pianista a aquellos solistas que lo reclamaban (como Lucho Gatica, Olga Guillot y nuestra Salomé) se convenció de que también podría ser él mismo quien estrenara sus propias composiciones. Bien es cierto que lo dudó mucho y que siempre ha dicho que no reúne una gran voz ni se le puede comparar con otros boleristas de prestigio: "Los trovadores nunca hemos destacado como cantantes. Trovador fue mi padre, trovador soy yo". Sin duda es un hombre modesto, afable, con gran sentido del humor.

A España vino por primera vez a actuar en 1968, cuando debutó en una sala de fiestas del Retiro madrileño, pasó por un programa de variedades de Televisión Española, aprovechando asimismo para acudir como especial invitado al fin de fiesta del entonces Festival de la Canción de la Costa del Sol, que se celebraba en Málaga. Recuerdo de entonces la omnipresente figura de una juvenil y muy trabajadora reportera, Mari Tere Campos, micrófono en mano, entrevistando a todo aquel que tuviera algo que ver con dicho certamen. Aproveché para hacerle un reportaje a Armando Manzanero por el interior de la Alcazaba. Daba saltos, de piedra en piedra, con una agilidad asombrosa. Aunque a día de hoy haya lógicamente mutado el físico de su rostro, no representa en realidad esos ocho decenios de su calendario.

Si los boleros hablan siempre de amores, Armando Manzanero tiene una gran experiencia con las mujeres, lo que sin duda ha redundado en su prolífico repertorio. Muchos de sus boleros obedecen a historias vividas por él. Dejando de lado sus conquistas fugaces, normalmente en los ambientes artísticos donde él se desenvuelve, se ha casado en cinco ocasiones. La primera con María Elena Arjona Torres. Un amor del colegio, de cuando tenían catorce años. Ella fue la primera novia del compositor, con quien se casaría en 1957 tras seis años de relaciones. Fueron padres de cuatro hijos. Divorciados, y quedando amigos sin resentimientos de ninguna clase, el músico reincidió en nuevas nupcias, con una tal Gloria, sobre la que no he podido obtener ningún dato. Le siguió una tercera esposa, María Teresa Papiol Mirassou, quien trabajaba en un banco, él la conquistó con bellas palabras y arrullos musicales, contrayendo matrimonio en 1991, hasta que en 1998 se dijeron adiós. Y lo hicieron en buena armonía. Insisto en esto pues así lo proclamó la propia María Teresa, comentando que él jamás le puso la mano encima. Esto viene a cuento porque su cuarto enlace terminó mal: con Olga Aradillas. Estuvieron casados desde 2002 hasta 2006. Y al final ella lo demandó por malos tratos, acusándolo de ofenderla, levantarle la mano y acusarla de robo. Fueron a juicio y quedó probada la inocencia del demandado.

Entró en juego por entonces una cantante "sexy" mexicana llamada Susana Zabaleta, con quien formó pareja dentro y fuera del escenario, aunque sin pasar por los juzgados. Grabaron varias canciones en un par de discos y hasta montaron un "show" que llevaron al Japón. A él le venía bien la presencia de la sensual Susana, porque daba a su espectáculo un aire ágil y atractivo. Pero la cosa no pasó de ahí, aunque vivieran sucesivas noches de amor.

Armando Manzanero necesitaba otro tipo de mujer para formar parte de su vida y esa sería su actual esposa, la quinta de su biografía sentimental, llamada Laura Elena Villa, treinta y seis años menor que él, con quien se casó en 2014 después de un largo tiempo de convivencia. Cuando ha cumplido medio siglo como cantante y setenta años como músico, Armando Manzanero no deja de urdir nuevas historias de boleros. Lleva siempre a mano un pequeño cuaderno donde recoge frases que escucha o ideas que se le ocurren para llevarlas luego al pentagrama. Fuera de sus conciertos, de sus viajes, lo que más gusta es recogerse en su hogar y disfrutar en familia. Es un encantador abuelo de dieciséis nietos. Que continúa llegando al corazón de millones de parejas, que se enternecen escuchando sus maravillosas canciones de amor.

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