La relación de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique ha pasado por muchos altibajos durante los últimos años. Aunque parecía que por fin habían llegado a un acuerdo para no exponer en exceso a su hija en los medios de comunicación, ahora la tregua podría haber llegado a su fin. En uno de los momento más difíciles para la colaboradora, debido al juicio que tiene pendiente con su exrepresentante Toño Sanchís, este lunes en Sálvame se mostró "muy dolida" con el padre de Andrea.
Primero, le preguntaron por los problemas de salud de María José Campanario, a lo que respondió que "le alegra" que esté apoyada en unos momentos tan difíciles por su marido y su familia, porque "es lo normal". Pero el rostro de la colaboradora mostraba enfado y decepción y sin morderse la lengua se dirigió a Jesulín: "Ha pasado algo muy feo, tan feo, tan feo… No lo voy a decir por la niña. Primero me dijiste que sí, luego que no. Pero aquí está su madre", arrancó Belén. Y continuó: "Estoy muy dolida. A mi hija no le va a faltar nada, y menos para lo que es. Aunque yo no tuviera, lo pediría; pero lo tengo".
Al parecer, todo podría deberse a un desacuerdo económico con respecto a la educación de su hija. Según puede extraerse de las enigmáticas palabras de la colaboradora, el torero habría roto una promesa a su hija, pero Belén, siempre dispuesta a defender a Andrea, volvió a mostrarse como una madre coraje.
La joven, que en unas semanas cumplirá 18 años, quiere estudiar periodismo y orientar su carrera hacia el mundo de la música: "Haré una gran fiesta a mi hija cuando cumpla los 18. Llamaré al padre y a la abuela". Aunque se mostró muy escéptica con la presencia de la familia paterna en la celebración: "Me imagino que no van a venir (…) tengo dignidad y orgullo, lo que debo hacer es por el bien de mi hija", sentenció.