Desde la entrevista de Miguel Ángel Muñoz en Chester in love, la expectación por el paradero de su madre, la vidente Cristina Blanco, ha crecido sin parar. ¿Qué fue de aquella amiguísima a la que muchos de los famosos le confiaron sus mayores secretos? El programa Sálvame descubrió el paradero de Cristina, que en la actualidad vive en el madrileño barrio de Aluche donde pasa desapercibida como una vecina más y lleva una vida de lo más tranquila. La madre del actor no quiso hacer ninguna declaración sobre las informaciones que se han vertido en los últimos días y se limitó a dar las gracias al reportero. Ya anunciaron los colaboradores que si la ves por la calle, podrías no reconocerla, pues ha perdido bastante peso y pasa desapercibida.
Miguel Ángel Muñoz reconoció estar "muy orgulloso" de su madre a pesar de que en 2007 un juez la declarara culpable de un delito de robo de tarjetas de crédito y teléfonos móviles y la condenara a 16 meses de prisión, aunque no cumplió la pena ya que no contaba con antecedentes penales. "Lo vives con dificultad, con muchas ganas de cuidarla y también con la máxima compasión que tienes por la persona que más quieres en el mundo. (...) Duele ver cómo una persona toca fondo y le cuesta muchísimo salir", declaró en el programa de Risto Mejide.
Cristina Blanco pasó de ser uno de los personajes más famosos de los años 90 a una completa desconocida. Presente siempre en los ambientes más selectos y rodeada de celebridades, los problemas personales y una fama mal llevada terminaron por hundirla. La creciente popularidad de su hijo como actor coincidió con el descenso de su madre a los infiernos y fue éste quien le pidió que se apartara por el bien de ambos. Ella era feliz con el mundo que la rodeaba, pero la fama la sobrepasó y acabó ingresada varias veces en la Clínica López Ibor para tratar sus trastornos psicológicos.
Sus distinguidos amigos, entre los que se encontraban Belén Esteban, las Campos, Lara Dibildos, Ana Obregón o Rocío Carrasco, recurrían a ella para conocer el futuro y recibir consejos mientras le contaban sus secretos más importantes. La confianza era tal, que después de su caída algunos llegaron a tener miedo. Según la versión de los que vivieron aquella época, Cristina traicionaba a sus amigos y clientes con jugadas sucias como chivatazos a la prensa y los fotógrafos o grabando las conversaciones privadas cuando acudían a su consulta.
Entre sus trabajos, recurría a prácticas sospechosas que se han desvelado en los últimos días. "Magia negra" como enterrar pequeños ataúdes con la foto de, por ejemplo, la que fuera su gran amiga Terelu Campos. El colaborador de Sálvame Gustavo González fue otra de sus "víctimas". Al parecer, una persona muy famosa de este país, protagonista de portadas y titulares, encargó un trabajo a Cristina Blanco para hacerle algo malo al periodista. Según su testimonio, ya en su día mandó a un boxeador para que le agrediera y llegó a hacer "barbaridades".
Ahora el personaje de Cristina vuelve a estar de actualidad y su entrevista es de las más buscadas. Aunque son muchos los que hablan de la posibilidad de que ocupe un asiento de invitada en Sálvame Deluxe, vive retirada de aquel mundo que se lo dio todo y se lo quitó de golpe.