Una joven actriz de moda, la madrileña hija de padres argentinos Bárbara Lennie, ha dado fin a la larga relación que mantenía con el también actor madrileño Israel Elejalde, a la que llevaba once años de diferencia. Se conocieron en unas representaciones de El misántropo, de Moliére, adaptación que Miguel del Arco llevó a la escena.. Eso fue en 2013, lo que quiere decirse que la pareja ha vivido apenas tres años y poco más de feliz convivencia, rota ahora por razones que ninguno de los dos ha explicado. La verdad es que él es menos conocido que ella, aunque la crítica ha destacado su última representación de Hamlet, en el teatro Español. Actor de varias series de televisión y sobre todo de representaciones de teatro independiente, con quien coincidió varias veces con ella. Les apasionaba esa complicidad de ser amantes, con una misma profesión, ajenos al "glamour" como demostraron durante ese tiempo, lejos de fiestas, "photocalls" y de algunos "paparazzi" que ya se habían fijado en la popularidad de Bárbara Lennie. Que fue premio Goya por su interpretación en Magical girl, donde también coincidió en el reparto con Israel Elejalde. Esto de que una pareja enamorada comparta también el mismo trabajo no deja de ser a veces un fastidio. Y es lo que sigue a continuación.
Bárbara Lennie y su hasta hace poco prometido, el mencionado Israel Elejalde, protagonizaban una obra teatral en un local situado en el Rastro madrileño. Dábase la casualidad, hasta el pasado 3 de febrero, que la función que representaban, La clausura del amor, de Pascal Rambert, precisamente cuenta la disolución de una pareja. ¡Y la estaban interpretando dos actores que acababan de dar fin a su amor! A lo mejor es positivo vivir una desgracia para dar vida a un ser atormentado, aunque el arte del actor radica precisamente en fingir. Y cuando Bárbara Lennie se enfrentaba las últimas semanas a Israel Elejalde en un escenario, intercambiando diálogos sobre su fracaso matrimonial, estaban sencillamente repitiendo su propia experiencia real. Lo que podía dar más intensidad dramática a sus parlamentos, aunque el público ignorara la situación privada de esos actores, unidos ayer por el amor, y dando pie a una farsa en la que asimismo sus protagonistas manifestaban su ruptura sentimental. Hay que decir que tanto Bárbara como Israel se comportaron con absoluta profesionalidad. Ella únicamente se ha manifestado con el recuerdo del ayer, cuando ambos fueron dichosos, y el lamento de que no hayan llegado a la situación de sus padres, que han cumplido más de treinta años de matrimonio desde que se casaron. El progenitor, por cierto, es un prestigioso doctor en un centro médico madrileño.
Para Bárbara Lennie no es la primera decepción amorosa, pues antes que Israel, hubo otro hombre en su vida, el director cinematográfico Jonás Trueba, que la dirigió en Todas las canciones hablan de mí, que fue cuando se prendó de su actriz. Con treinta y dos años, cumplirá uno más en el próximo mes de abril. Ha estado a punto de ganar otro Goya, pero se lo arrebató Emma Suárez por su trabajo en Julieta. También Bárbara Lennie ha sido dirigida por Pedro Almodóvar: en La piel que habito. Son dieciséis películas las que lleva rodadas hasta la fecha. En cartel tiene Contratiempo y Maria y los demás. Espera ilusionada los estrenos de Una especie de familia, La enfermedad del domingo y Petra, que rodó en los pasados meses. Digamos que es una actriz en ascenso. Con su estilizada figura, su rostro moreno, la mirada intrigante. Alguien la vio con malos ojos la noche de los Goya y escribió –por ejemplo en 20 minutos- que iba vestida desastrosamente con un modelo de Gucci. Nos parece exagerado ese punto de vista, tratándose de una mujer que cuida su estética, sin caer tampoco en la exageración. Nos encontramos ante una actriz de altos vuelos, de la que se seguirá escribiendo mucho en un próximo futuro. Y no sólo por su belleza y probada fotogenia.