Cuando Naty Abascal fue musa de Woody Allen

Si hablamos de Naty Abascal hoy en día, podemos decir que se dedica a ser una socialité, una "profesión" en la que incluimos a mujeres como Carmen Lomana o Isabel Presyler. Fiestas, eventos, dejarse ver y dar lecciones de estilo es lo suyo, pero su pasado es bien distinto al de las demás. Antes de que se popularizara el término it girl, Naty ya era una de esas mujeres que marcaba tendencia y trabajaba con algunos de los artistas más importantes. Fotografiada por Richard Avedon para Harper's Bazaar y portada de la prestigiosa publicación de moda, su belleza tan característica con marcados rasgos hizo de esta joven de la aristocracia sevillana uno de los iconos a tener en cuenta en la década de los 60.

De ahí a lo más alto. Naty inició una espectacular carrera como modelo de Alta Costura que empezó tras fichar por Elieen Ford, la agencia de maniquíes más importante de Estados Unidos. Trabajó con artistas de la talla de Andy Warhol y Salvador Dalí, y los diseñadores Valentino y Óscar de la Renta, que la convirtieron en su musa y con quienes entabló una relación de amistad.

Podría decirse que trabajar con Woody Allen supone todo un privilegio para cualquier actor o actriz de Hollywood. Para ella, tan sólo fue un episodio más en su vida de película. A pesar de que no se consideraba actriz, el director neoyorkino la seleccionó para su película Bananas (1973), donde compartió pantalla con Sylvester Stallone. Ni es la mejor película de Allen ni Naty volvió a repetir como actriz, pero aquellas divertidas escenas rodadas entre la selva y guerrilleros marcaron su ya de por sí divina trayectoria. No hacía falta verla rodeada del glamour al que siempre nos ha tenido acostumbrados, su sola presencia acaparaba por completo la atención del espectador.