La semana pasada, la televisiva Cristina Pedroche subió una foto aparentemente inocente a su cuenta de Instagram, donde la siguen miles y miles de fans, y generó su enésima polémica. La imagen en teoría no se salía para nada de lo habitual en estas lides, y mostraba a la presentadora pidiendo un televisor de la firma Samsumg. El resultado: nueva campaña de acoso y derribo contra la presentadora.
"Queridos señores de @samsungespana vivo enamorada de esta tele #SUHDTV y creo que la necesito en mi vida", escribió, poniendo cara de niña buena. Las críticas arreciaron por dos lados distintos: quienes criticaban una publicidad que juzgaban evidente, y quienes la reprochaban que pidiese gratis un caro televisor pese a ser famosa. También había quien, al margen de lo anterior, le decía que "con el montón de dinero que ganas debería darte vergüenza hacer estas tonterías".
En todo caso, la enorme atención mediática que suscita Pedroche y también su marido David Muñoz, y la omnipresencia de ambos en los medios, parecen desde hace tiempo jugar en su contra. Hay quien dice que toda publicidad es buena, incluso la mala, pero la excesiva divulgación de su amor de pareja a menudo ha convertido a Pedroche en víctima de sus propias declaraciones, pasando para muchos de resultar un personaje campechano y querido a uno cargante.
Y es que las redes sociales, tan fáciles de encender a favor en contra, reaccionan de manera visceral a cada una de sus aventuras. ¿Es para tanto el entusiasmo y fervor que despierta Pedroche, ya sea para bien o para mal? Dicen que la belleza y la fama generan envidias, eso es evidente. Pero quizá haya un problema añadido, la utilización que la pareja ha hecho de su fama. Sin ir más lejos, Muñoz está abriendo un restaurante en Londres donde ha "colocado" a su novia en su restaurante.
Mientras tanto ambos siguen documentando sus eventos y fiestas (la última estrenando su cocina con el mensaje "Por fin un domingo en Madrid!! Qué ganas de estrenar la cocina!!!") en ocasiones con una intención claramente publicitaria, cosa que por otro lado, es algo habitual en las redes de los famosos.
Pero hay quien encuentra contradictorio que Pedroche haya anunciado a los cuatro vientos su procedencia vallecana (dando a entender sus orígenes humildes) y al final no haga sino promocionar sus viajes y un nivel de vida bastante elevado en las redes sociales. Quizá la evidente falta de experiencia de Pedroche en esas actividades ha contribuido a generar una corriente de opinión poco favorable, a tenor del gran número de polémicas que ha generado. ¿Campa la envidia a sus anchas en las redes sociales, es imposible gustar a todos... o simplemente Pedroche se ha pasado aireando lo suyo? Y no, no nos referimos a cierta tendencia a provocar que, por otro lado, comparte con no pocos famosos.
Sea como fuere, lo cierto es que ocasiones su descaro y la falta de experiencia en ciertos temas le han jugado malas pasadas. Es el caso de sus críticas a los votantes del PP, de los que aseguró que "no le caían bien" refiriéndose a sus "collares de perlas" en una entrevista en El Mundo. Pero también su polémica con Nuria Roca, que criticó que el entusiasmo a la hora de airear su amor diese impresión de dependencia de su novio... Todo ello ha contribuido fuertemente a mantener a Pedroche en el candelero, pero también a cansar a algunos de sus espectadores potenciales. Son temas más espinosos de lo habitual al margen de la imagen divertida y atractiva que Pedroche tenía en la audiencia.
Luego está el tema de su peso. Las siempre críticas redes sociales se han metido a menudo con Cristina por su físico, que ella cuida haciendo running y participando en carreras de ámbito incluso internacional. Pedroche ha defendido siempre su aspecto, ya sea en sus bajadas como sus subidas de peso. Una extensión del tema, al menos en lo relativo a la piel que enseña la presentadora de La Sexta, es el que hace referencia a las campanadas de Nochevieja. En dos ocasiones ya, las de 2015 y 2016, la vallecana se dejó ver con unas provocativas transparencias que lograron, en primer lugar, excelentes números de audiencia para Antena 3, y segundo, toda la atención (y, de nuevo, críticas) a través de las redes sociales. Este año Pedroche repite junto a Alberto Chicote, y ella misma ha adelantado -si bien con su sentido del humor habitual- cómo será su vestido... que, se anticipa, brillará mucho.
Como soy una #bocazas os cuento cómo va a ser mi vestido de Nochevieja 😂😂😂
Un vídeo publicado por cristipedroche (@cristipedroche) el 2 de Dic de 2016 a la(s) 9:37 PST
Hace meses el apodo "ballena de Vallecas" campó a sus anchas por internet como una manera despectiva de referirse a la joven, un insulto también a todas las personas susceptibles de sufrir sobrepeso que generó polémica. Pero este septiembre, cuando su bajada de kilos fue evidente -como también tras presentar Pekín Express- los fans también llamaron la atención sobre este hecho. Ella siempre se ha visto ideal y así lo ha dicho abiertamente.
"Una vez más me veo obligada a hablar sobre mi cuerpo. Os juro que si por mí fuera, pasaría de todo y no le daría más importancia a los comentarios que surgirán a partir de este post, pero hay mucha gente que me sigue, muchas chicas ideales y preciosas que se cuestionan que si yo soy estoy gorda o delgada, cómo estarán ellas", escribió en su blog de la revista Hola. Está claro que Pedroche no se tiene por qué callar y no tiene intención alguna de frenarse ante las críticas.