Con el objetivo de conseguir un autógrafo, un selfie o, simplemente, ver de cerca a sus ídolos, numerosos fans se han congregado hoy frente a los Cines Callao para dar un multitudinario recibimiento a Brad Pitt y Marion Cotillard, en Madrid para promocionar Aliados, el filme que ambos protagonizan.
Un objetivo que, pese a las fuertes medidas de seguridad que han rodeado el evento, muchos de ellos han logrado satisfacer en el caso de Pitt, que ha dedicado en torno a un cuarto de hora a atender a sus entregados admiradores.
Distinta ha sido la actitud de su compañera de reparto, quien ha optado por dirigirse directamente a la zona de photocall, en la que se encontraban los fotógrafos de los cuarenta medios de comunicación acreditados para el preestreno de esta cinta dirigida por Robert Zemeckis, que se estrena el próximo viernes en España.
Al contrario de lo ocurrido con los admiradores, Pitt, sacudido por su reciente divorcio de Angelina Jolie, no ha atendido a los medios de comunicación en toda la gira promocional de este drama romántico de espionaje, que les ha llevado a él y a Cotillard –que sí ha concedido entrevistas– en los últimos días por varias ciudades de China, París y Londres.
Fin de las investigaciones
Todo coincide, sin embargo, con el fin de las investigaciones del FBI en torno a la figura del actor. El FBI informó este martes de que no abrirá una investigación contra el actor Brad Pitt por supuestamente haber maltratado a uno de sus hijos durante un vuelo. La noticia habría sido conocida poco antes de pisar España.
Su esposa Angelina Jolie, de quien se está separando, le había acusado de golpear a su hijo de 15 años Maddox en el avión que los trasladaba de Francia a Estados Unidos.
"En respuesta a las acusaciones hechas después del vuelo (...) que llevaba a Brad Pitt y a sus hijos, el FBI llevó a cabo una revisión de las circunstancias y no seguirá investigando", indicó la agencia federal en un comunicado oficial.
Un thriller clásico
De la capital británica, donde tuvo lugar el preestreno el lunes, Cotillard y Pitt viajaron a Madrid, a donde llegaron de madrugada y de donde han salido esta misma noche con destino a sus respectivas ciudades de residencia –ella, a París, y él, a Los Ángeles–.
En Aliados, Pitt encarna al oficial de inteligencia Max Vatan, quien en 1942 conoce a la luchadora francesa de la Resistencia Marianne Beausejour (Cotillard) en una misión suicida en Casablanca. Ambos se reencuentran después en Londres, pero su relación se ve amenazada ante la sospecha de que ella es en realidad una espía nazi.
La química entre ambos actores en la película y la reciente separación de Pitt y Jolie motivaron que algunos medios de la prensa sensacionalista difundieran el rumor de que el divorcio se debía a una relación entre Cotillard y el actor estadounidense.
Un rumor desmentido en la red social Instragram por la intérprete francesa, que esta noche lucía un largo y elegante vestido negro de terciopelo que hacía visible su embarazo del que será su segundo hijo junto al también actor y director galo Guillaume Canet.
Personalidades como el exjugador de baloncesto Fernando Romay, la modelo y presentadora Juncal Rivero, la actriz Cristina Castaño, los periodistas Vicente Vallés y Ángeles Blanco o el polifacético Boris Izaguirre, entre otras, han acudido al preestreno de una de las películas más esperadas del año.
El frío de esta noche en la capital española no ha impedido que los admiradores aguardaran, algunos durante horas, a la llegada de Pitt y Cotillard a la alfombra roja de Cines Callao.
"De esta peli espero acción, intriga y, sobre todo, que sea muy interesante", ha manifestado a Efe la joven Patricia Platero, una de las "fans" más madrugadoras, que estuvo desde las 12 de la mañana hasta cerca de las 9 de la noche –hora de llegada las estrellas– esperando en Callao.
Otros seguidores, los también jóvenes Sara Cuenca y Eduardo Lledó, han aguardado tres horas atraídos por el "renombre internacional" de Cotillard y Pitt, de quien, además, han añadido que "hace oro todo lo que toca".