La escritora Pilar Eyre explicó en Es la mañana del fin de semana los vericuetos de su nueva novela, Un amor de Oriente (Ed. Planeta), una historia que funciona a modo de biografía novelada de Isabel Preysler y que incluye jugosas revelaciones de su vida... y algunas consideraciones poco positivas hacia uno de sus maridos, el cantante Julio Iglesias.
Una historia de amor novelada en el que "todo parecido con la realidad es pura coincidencia... o no", según se advierte en el propio volumen. Muriel, su protagonista, tiene muchos visos de ser Isabel... Isabel Preysler. Eyre explicó a Elia Rodríguez en esRadio las circunstancias que llevaron a ese cambio: "No pretendía engañar a nadie, pero tuve que poner los nombres cambiados (a ella Muriel y a Julio le llamé Luis, me obligaron los abogados de la editorial) pero no tenía de disimular o intención de hacer una historia imaginaria o ficción".
Esos siete años de matrimonio entre Julio e Isabel –explicó la periodista en el magazine matinal– es un periodo muy poco documentado, "es un periodo muy poco conocido". "Todos sabemos que se casaron pero no por qué se casaron, ni cómo fue su convivencia, ni por qué se divorciaron".
Ella fue, por tanto, una novia muy poco feliz, también algo más inocente de la cuenta, tal y como la describe Eyre en el volumen. "No soy amiga de Isabel y no he contado en absoluto con su ayuda; tampoco me lo hubiera contado. Fue un periodo de su vida duro y sé que se ha disgustado Isabel con el libro. Estoy segura de que preferiría que no se hubiera publicado". Eyre, eso sí, ha tenido que indagar bastante ya que entonces Preysler no era una "persona pública" e incluso los periodistas se equivocaban al pronunciar su nombre.
"Fue una especie de infierno", ese matrimonio, ya que tuvo que aguantar todo tipo de engaños y faltas de respeto. "Julio queda muy mal, pero él ha sido el primero en reconocer que ha sido un mal marido y padre. Él mismo ha reconocido que su carrera era lo primero y que no habría llegado donde ha llegado sin dedicar 24 horas diarias". Además, él era también "un producto de su época, proveniente de un ambiente conservador y un poco el hombre de las cavernas".
Esa visión de la realidad que tenía Iglesias, unido a que era un "mujeriego compulsivo y celoso enfermizo", convirtieron la situación y la convivencia en insostenible, "un infierno". Hay que recordar, además, que ella era menor de edad, que tenía 18 años cuando la conoció, y se casó y quedó embarazada enseguida. "Tuvo a Chábeli sola, la enviaron empaquetada y sola a Cascais. Nos contaron que el doctor Iglesias Puga estaba allí y estaba veraneando en Peñíscola". Eso, entre otros desplantes: "Julio se pasó dos días después, se hizo las fotos con Chábeli y se volvió a un concierto en Badajoz".
A Julio le gustaban las mujeres con el pecho muy grande, y ella entonces no tenía mucho pecho, y no dudaba en reprenderla por ello. "Estaba obligada a abrocharse la camisa hasta arriba, no llevar minifaldas, o sentarse de espaldas a hombres atractivos como Juan Pardo. No la dejaba ir con sus amigos, llamaba a horas distintas para ver si estaba en casa y le puso incluso un detective. Los suegros y el servicio la vigilaban... vivía en una jaula de latón, porque entonces Julio no tenía tanto dinero".
Sin embargo, en los siete años en las que tuvo los hijos, ella evolucionó hasta ser "la Preysler que conocemos hoy en día, una empresaria de sí misma fabulosa". Algo que a Eyre le resultó especialmente atractivo, tanto como para motivarle su escritura. "Es una historia de intriga que no conocemos, pero con un desenlace".