Si Gerard Piqué fuera más feo, fuera más desaliñado y tuviera talento musical podría ser Serge Gainsbourg. El cantante francés se fue a Jamaica en 1979 para grabar un disco que tenía una versión reggae de La Marsellesa. Meses después, la caverna, afectada por el choteo del himno, se puso en guardia. Unos paracaidistas tenían intención de agredirle a él y a su banda si la tocaban en un concierto de Estrasburgo. Salió solo al escenario, cantó La Marsellesa sin músicos y terminó con un corte de mangas. Mucho más emocionante que la blandenguería de Casablanca.
Piqué no ha hecho nunca nada ni remotamente parecido a lo de Gainsbourg. Su corte de mangas es más inocente que las travesuras de Guillermo. Sólo es el sucesor de Arconada por lo que respecta al cenutrismo de muchos. En Arconada su delito eran las medias blancas (y claro que llevó también las negras con la bandera de España). En Piqué lo último es haberse cortado las mangas de la camiseta blanca del partido contra Albania. Y que algunos dijeran que se había cortado una bandera de España que no existía. Arconada no tenía redes sociales, pero las críticas eran las mismas. Vasco, antiespañol. Piqué es verdad que tiene una variedad de supuestas ofensas más variadas. Desde apoyar la consulta catalana a dar las gracias a Kevin Roldán (pero eso sólo puede molestar a los madridistas), pasando por un dedo índice enhiesto mientras escuchaba el himno español antes de un partido. Catalán, antiespañol. Hay que reconocer lo muy español que es creer lo que no es cierto.
Pla empezó un artículo de forma memorable: "La Península Ibérica es un país de asnos, pero su repartición es desigual". Las redes sociales que no tuvo que aguantar Arconada provocan que Piqué salga a la zona mixta (qué horrible expresión) con la intacta camiseta de Ramos para demostrar que no cortó bandera española alguna. Demonios, ¿es que no se veía en la televisión durante el partido que nadie tenía una bandera española en la manga? ¿Es que la gente sólo oía el partido por la radio? La repartición de asnos es desigual porque se da tanto en las redes sociales que Pla tampoco tuvo que aguantar como en los medios de comunicación (si consideramos medio de comunicación a la cuenta oficial en Twitter de algunos medios). El propio Pla decía aquello de que en cuanto uno se pone a escribir en público entra en la categoría de justiciable, se convierte en una especie de proscrito. Da igual, también si juegas al fútbol y das alguna opinión que a otros no guste. Yo no tengo ni idea de si iría a bajar la basura con Piqué, si es tonto de remate o más listo que muchos de los que lo atacan. Lo mismo preferiría salir a cenar con Göring, que iba a buenos restaurantes y hacía que a su mujer la llamaran "sublime señora". La tirria contra Piqué a veces se parece a la que había contra Amanda Knox o contra esa señora australiana condenada (y luego exonerada) por el asesinato de su hija. Pero a la niña se la había llevado un dingo.
Lo que sorprende es que Piqué no se haya ido antes de la Selección. Con todo lo que tiene que aguantar. Mira el ejemplo impagable de Juan Camus, que se ha ido del reencuentro de Operación Triunfo antes de participar.