Boda este sábado en el Palacio Real de Tirana del príncipe Leka de Albania con la actriz y cantante de aquel país, Elia Zaharia, él con treinta y cuatro años y la novia, de uno menos. Invitados al evento miembros de las Casas Reales europeas, entre ellos nuestra Reina doña Sofía. El príncipe es de religión católica; Elia es ortodoxa. Cuando contaba dieciocho años, Leka II fue proclamado heredero a la corona albanesa. Las posibilidades de que llegue a reinar parecen, al menos por ahora, improbables. Su padre, Leka I vivió largo tiempo en Madrid, alrededor de veinte años, junto a su madre, la reina Geraldina. Recuerdo haberlo entrevistado a él, mediados los años 60, y conversado brevemente con la reina, muy elegante, aún conservando huellas de la gran belleza que exhibió en su juventud.
Acudía con frecuencia a recepciones y fiestas de la buena sociedad madrileña, prodigando su gran simpatía. En cambio, su hijo Leka, acusaba una permanente seriedad en su rostro, parecía estar siempre preocupado, costándole sonreir. Medía dos metros de estatura. Conservo una fotografía con él y parezco un pigmeo a su lado. El régimen franquista les había autorizado a residir en España, siempre y cuando no tuvieran la intención de promover alguna acción política. Recordemos que Zogú I, su padre, casado con la condesa húngara Geraldine Appony, fue depuesto del trono albanés en 1939, justo dos días después del nacimiento de Leka. Las tropas de Mussolini invadieron aquel país y la Familia Real tuvo que exiliarse en París, donde en 1961 moriría Zogú I. Entonces, fue cuando Leka I fue proclamado por sus seguidores -unos pocos, reunidos en un hotel de la capital francesa- heredero a la Corona albanesa. Al año siguiente es cuando Geraldina y el príncipe heredero fijarían su residencia en Madrid.
Aunque Leka I hacía una vida aparentemente tranquila en la capital española, supuestamente dedicado a los negocios, resultó que en 1979 fue detenido por almacenar en una finca que tenía a las afueras de Madrid una gran cantidad de armamento: ametralladoras, bombas de mano, pistolas, fusiles… Se pensó que pretendía recuperar el trono albanés con un grupo de afines y de guerrilleros. En veinticuatro horas, el Gobierno español lo expulsó de nuestro país, adonde jamás volvería, estableciéndose primero en Rodesia (hoy Zimbabue) y después en Sudáfrica. También en este último país tuvo problemas, y sería arrestado por lo mismo que en España: le encontraron en posesión de un enorme arsenal. Depuesto el régimen comunista en Albania, regresó a su país, que en realidad no conocía por lo explicado anteriormente, cuando vino al mundo. Y en Tirana trató de buscar fuerzas leales a la monarquía, sin lograr resultado alguno en sus ambiciones. Tuvo también que salir por piernas. Acabarían indultándolo y en 2002 pudo regresar ya sin problemas, estableciéndose en la capital albanesa, donde dos años después su esposa, la australiana Susan Bárbara Cullen-Ward falleció de un cáncer de pulmón. Leka l sobrevivió sólo un par de años, muriendo a consecuencia de un fallo cardíaco. Los enterraron en un cementerio a las afueras de Tirana, en la tumba donde hacía tiempo yacía la Reina Geraldina.
Entretanto, el joven príncipe Leka II, que había nacido en 1982 en Johanesburgo, y que fue instruido en la academia militar inglesa de Sandhurst, fue adquiriendo conocimientos de Derecho y Relaciones Internacionales. Se fue a vivir sin problemas a Albania y trabajó en calidad de asesor de varios Ministerios y hasta del Presidente de su país. A partir de 2013 centró sus actividades relacionadas con su calidad de príncipe heredero de esa Corona que, ya decimos, vemos muy lejana que la alcance. Y asimismo se preocupó de los bienes familiares y de la Fundación que con carácter benéfico lleva el nombre de su recordada abuela Geraldina.