Sara Carbonero ha estado unos días en Madrid, donde suele viajar con frecuencia pese a su traslado a la ciudad portuguesa de Oporto, equipo por el que fichó su pareja Iker Casillas." Estamos cada vez mejor, ya son dos años y tenemos nuestro grupo de amigos muy integrados, y sobre todo muy tranquilos con los peques. Por cierto, Martin ya empieza en unos días la guardería". Así lo explicaba la propia Sara en la despedida del verano, a pesar del calor, organizado por las prestigiosas bodegas Protos de Rivera del Duero.
La periodista reconoce que allí vive a un ritmo mucho más calmado que en Madrid. Y su proyecto más importante en esta nueva temporada que acaba de comenzar será la educación de sus hijos. "Vendré a Madrid o donde sea por motivos de trabajo de manera puntual, pero de momento no me planteo nada más. El programa de Telecinco en que yo participé no lo tomo como un fracaso, todo lo contrario; además pienso que encajaba mucho más con la audiencia de Divinity. Repito que no lo veo como un fracaso, la gente esperaba otra cosa, mi autocritica es buena, nunca había hecho nada con ese formato, además mi papel no era de los más imprescindibles".
A lo largo de su comparecencia con los medios, Sara Carbonero comentó que se había sentido muy cómoda en un programa de entretenimiento, al igual que en informativos deportivos. Lo que sí aclaró es que no se veía protagonizando un docu-reality, como el de Las Campos. "Lo he visto y me ha gustado muchísimo, pienso que ha estado muy bien, y de ahí el éxito de audiencia obtenido, pero yo prefiero no abrir mi casa y mi intimidad", aclaró.
No descarta volver a deportes, pero de momento, lo único que va a hacer es, para perder algún kilo que todavía le sobra después del segundo embarazo, es pilates y correr. "Soy muy glotona, me gustan las hamburguesas, y he adelgazado por el trajín, pero no hago ningún tipo de dieta".