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Pastora Vega, enamoradísima del argentino Darío Grandinetti

Él se casó dos veces, tuvo cuatro hijos, de los que murió Lucía, de hidrocefalia.

Él se casó dos veces, tuvo cuatro hijos, de los que murió Lucía, de hidrocefalia.
Pastora Vega y Darío Grandinetti | Cordon Press

El mes de agosto nos deja un apasionado romance entre la "ex" de Imanol Arias y de Juan Ribó, Pastora Vega con el excelente actor argentino Darío Grandinetti, quien al margen de su espléndida biografía artística tiene otra, de carácter personal, que lo sitúa entre los más seductores galanes de su país, con un pasaje dramático por la muerte de una hija, de los cuatro vástagos que tuvo.

Pastora Vega llega a esta relación con Grandinetti a la edad de cincuenta y seis años cumplidos en el pasado 28 de mayo, uno menos que su actual amor, que nació en Rosario (Argentina) donde soñaba con ser un as del fútbol hasta que derivó en su juventud hacia la profesión de actor. Está considerado en Argentina un actor de gran talento, lo que ha revalidado en España, como tendremos aquí ocasión ahora de recordarlo por sus espléndidos trabajos cinematográficos.

Pastora Vega estuvo casada, antes de dedicarse al mundo artístico, con José Oliet Palá, al que conoció cuando cursaba la carrera de Derecho. Boda que acabó en divorcio. Luego volvió a casarse civilmente con Imanol Arias y su vida en común transcurrió entre los años 1984 y 2010. Se habían conocido cuando ella presentaba el magazine televisivo Y sin embargo te quiero y él acudió a ser entrevistado por ella, que velaba sus primeras armas en dicho programa de TVE. Poco después, siendo ella colaboradora del semanario Diez Minutos, llamó a Imanol para someterlo a otra interviú, y el "flechazo" entre ambos los emparejó semanas más tarde hasta su matrimonio. De familia gitana, nieta del mítico Rafael Vega de los Reyes "Gitanillo de los Reyes" (compañero tantas tardes en los ruedos junto a "Manolete", hasta la última de Linares, el 28 de agosto de 1947), Pastora Vega se vio presionada por los suyos, quienes advirtieron al actor leonés-vasco antes de la boda, según contaba él mismo, "que de tonterías en la pareja, las justas". Tendrían dos hijos, Jon y Daniel, el primogénito cantante en la actualidad del grupo rockero Layabouts. Un cuarto de siglo de vida en común dieron para mucho: trabajaron juntos en cine, en algunas series de televisión, aunque Pastora admitiría que por su dedicación al hogar, a su marido y a su prole, su carrera de actriz se había visto interrumpida varias veces, oscurecida asimismo por el brillo de su marido en las carteleras. Y ese complejo ha acompañado a Pastora Vega muchas veces.

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Pastora Vega e Imanol Arias | Archivo

Tuvieron crisis que lograron sofocar hasta que en 2010 "se les rompió el amor", que diría RocíoJurado. Nunca explicaron las razones de su desavenencia final. Pero no olvidemos que, discreto, a la chita callando, Imanol siempre fue un conquistador incorregible. Y se dijeron adiós, divorciándose. Lo que en la actualidad, en el aspecto crematístico, ha resultado un alivio para Pastora, al no ser imputada en los problemas fiscales que tiene en la Audiencia Nacional el popular actor. Y es que al divorciarse, Pastora canceló la sociedad que mantenía con su marido. Ella era quien llevaba la administración de los bienes del matrimonio. En adelante, Ana Arias, hermana de Imanol, es quien se hizo cargo de tal cometido, de ahí que se haya visto también envuelta en esa escándalo con el Fisco, cuyos detalles ya han sido suficientemente aireados meses atrás.

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Con Juan Ribó | Archivo

Poco después de su ruptura matrimonial Pastora Vega nos sorprendió con su idilio con el actor Juan Ribó, que duró entre 2010 y 2015, con alguna interrupción en sus turbulentas relaciones, definitivamente concluidas hace un año. Y es ahora cuando la sonrisa ha aparecido de nuevo en el rostro esperanzado de la actriz madrileña en la creencia de que ha encontrado la media naranja que soñaba, el actor Darío Grandinetti. ¿Qué sabemos de él?

Los aficionados al cine seguro que lo recuerdan en Hable con ella, incorporando el personaje del periodista criollo Marcos Zuluaga, que rodó en 2002 a las órdenes de Pedro Almodóvar, quien alababa el talento del actor y sobre todo su mirada. Pero antes, ya nos había dado muestras de su capacidad interpretativa en Sus ojos se cerraron, fechada en 1997 con realización de Jaime Chávarri, donde encarnaba a un sosias de Carlos Gardel con una extraordinaria credibilidad. También encarnó al as del automovilismo, Juan Manuel Fangio, en otro filme donde se contaba el secuestro del que fue objeto el gran piloto. Su filmografía es extensa y no nos ocupa hoy comentarla pero en términos generales lo sitúan en la lista de uno de los mejores actores argentinos de su generación, dotado de una espléndida voz, unos registros dramáticos magníficos. Su creciente alopecia no le ha rebajado su condición estética de galán. Lo hemos visto en papeles románticos y también otros de carácter violento. Y en todos ha sabido destacar.

La vida personal de Darío Grandinetti tiene algunos ingredientes melodramáticos. Estuvo casado con la catalana Eulalia Lombarte Llorca entre 1989 y 1992, tiempo en el que tuvieron dos hijos, Juan y María Eulalia. La vida de aquel matrimonio no transcurrió con la armonía que esperaban, ella se quedó con los niños, él quiso recuperarlos. Y en un viaje que Eulalia hizo a Barcelona se los llevó consigo, lo que determinó que él fuera tras ellos. La justicia española lo amparó y pudo volver con ambos a Buenos Aires. Tres años más tarde, divorciado, Darío Grandinetti se enamoró de la modelo y actriz de televisión de su país Marisa Mondino, quien mantuvo relaciones con el hoy presidente argentino Mauricio Macri. La pareja tendría dos hijos, Lucía y Laura. La mayor moriría de hidrocefalia en 1997. No tuvo suerte tampoco en este matrimonio el actor, quien acabó en 2006 por separarse de Marisa. Desde entonces, los reporteros argentinos no le descubrieron "ligue" alguno, hasta 2013 cuando lo "cazaron" en amorosa compañía de una pelirroja que nada tenía que ver con el mundo artístico. Tardaron en identificarla, hasta saber sólo que se llamaba Adriana.

Estuvieron cuatro años juntos. Pero también Darío dio por finiquitado ese romance y en uno de esos viajes que periódicamente ha venido realizado entre su país y España, aquí en los Madriles se ha prendado de Pastora Vega. ¿En qué acabará esta relación? Como entre mis modestas ocupaciones no figura la función de adivino, dejo al azar y al paso del tiempo la respuesta, aunque insista en que por las fotografías que vienen publicándose de la pareja se les ve muy felices. Ella está últimamente representando, desde el pasado año, una obra clásica griega, "La asamblea de las mujeres", de Aristófanes, donde comparte reparto con su buena amiga Lolita y la veterana María Galiana, dirigidas por Juan Echanove.

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