Celebra el estupendo actor José Coronado cincuenta y nueve “castañas” este domingo, 14 de agosto. Mantiene su soltería “a machamartillo” sin que ninguna de las muchas mujeres que ha conquistado lograra llevarlo al altar o al Registro Civil. No en vano, en un arranque de sinceridad, ya recogí hace tiempo esta confesión suya: “Soy infiel por naturaleza”. No creo que sus mujeres se sientan engañadas por él; además, consta que con casi todas terminó siendo amigo, tras la ruptura. Debutó como actor en 1987, así es que a partir de esa fecha es cuando su vida sentimental empieza a ser consignada en las revistas del corazón; pueden suponérsele otros romances con anterioridad, pero sin interés para su biografía amorosa. Es el año en el que se enamora de Paola Dominguín, la tercera y última de las hijas del torero Luis Miguel y de la actriz Lucía Bosé. Coincidieron representando El público, la obra teatral de García Lorca. Fuera del escenario mantuvieron un encendido amor que les duró un par de años, alumbrando un niño, Nicolás, que ha estado toda su vida casi pegado a su padre. Una situación no muy corriente en parejas que se rompen. Fue él quien dijo adiós a Paola, la ahijada de Pablo Picasso en razón de lo cual lleva ese nombre. A Lucía Bosé le sentó muy mal aquello y puso de vuelta y media al que no llegó a ser su yerno.
Y, como es frecuente en un seductor, José Coronado fue aumentando en su agenda los números de teléfono de compañeras de cine y teatro con las que compartía escenario, plató y si había suerte, cama. A saber: Amparo Larrañaga, Silvia Munt, Silvia Abascal, Lola Forner, Carla Hidalgo, Esther Cañadas, Paula Echevarría, la alemana Monique Salvau, Majós Martínez, su representante, Eva Saulado… Y Mónica Molina. Con la benjamina del gran cantaor malagueño la historia fue más duradera que con las actrices anteriormente mencionadas, con algunas de las cuales apenas si tuvo consecuencias afectivas. Es con quien el galán madrileño encuentra a una de las mujeres que más han llegado a su corazón. La prueba es que si con las demás –descontando a Paola Dominguín- su relación apenas duró unas semanas, unos meses, con Mónica Molina convive dos años, entre 2001 y 2003. Tuvieron una niña, Candela. A la que José quiere con locura y este verano, hace poco más de un mes, la tuvo a su lado durante unas vacaciones ibicencas. También hay que resaltar que pese a sus constantes vaivenes sentimentales, Coronado es persona afectuosa y no ha querido nunca desocuparse de su parentela. A Nicolás lo ha educado él, a su manera, pero se ha preocupado de esa responsabilidad. Con Candela, puede que no tanto, pero ha estado al corriente de su vida. El chico tiene veintiocho años y viene trabajando como modelo; la chica cuenta catorce.
Después de Mónica Molina otras mujeres se acercaron a la vida de José Coronado, impenitente conquistador siempre. Lo mismo que le gusta toda clase de juegos de azar (mus, póker, ruleta, black-jack) así se toma un poco la vida amorosa. Eso sí: es un caballero al que jamás se le escuchará una palabra que pueda ofender a alguna de sus enamoradas. Por otra parte, como no da carrete a la prensa del corazón, es difícil que se le conozca declaración alguna sobre ellas. No obstante, aunque sólo conceda entrevistas cuando rueda una película o serie de televisión, tenemos su testimonio de cuando en tono distendido se le preguntó un día si había tenido experiencias con algún varón. Todo ello al hilo de una función teatral que hizo junto a María Barranco, en la que encarnaba a un homosexual. Y José Coronado, sin inmutarse, negó tener experiencia alguna de esa tendencia. Pero el terreno estaba abonado en la conversación, para inquirirle si alguno “le había tirado los tejos”, a lo que respondería afirmativamente, parece que no en una única ocasión: “Pero yo siempre les he dicho que perdonaran, que a mí lo que me gusta es lo otro”. Y para que no se le tenga por homófobo, añadiría: “La comunidad gay está orgullosa de mí”. Era consecuencia de lo bien que hizo como tal en la mentada obra escénica. Pasan los años y en 2010 el actor conoce a la periodista Elena González, con la que protagoniza la más prolongada de sus relaciones, hasta que se interrumpen en 2013. Nuestra colega parece que se cansó de que José se fuera desentendiendo de ella aduciendo cuestiones de trabajo.
Y llegamos al verano de 2015. Y en una terraza madrileña los “paparazzi” descubren a José Coronado amartelado nada menos que con Eugenia Martínez de Irujo. Las revistas hicieron su agosto (aunque era el mes de julio) y creyeron haber descubierto “el romance del año”. La cosa duró poco, dos, tres semanas. Los cuitados fueron sorprendidos en dos o tres ocasiones más, muy embalados, pero la historia dio poco más de sí. La menor de la Duquesa de Alba acaso se desilusionó pronto de aquel encuentro fortuito. Y Coronado fuese… y no hubo nada, que diría el clásico. Pasaron unos meses y nadie descubrió ninguna otra hazaña amatoria de nuestro buen amigo. Pero he aquí que con los calores de este año decidió marcharse a pasar unos días a Ibiza, con su hija Candela, como dijimos más arriba, pero también con Elena González. Esto es una novedad en su “curriculum” amatorio, pues que sepamos José Coronado nunca reanudó relación alguna con anteriores conquistas. Esta periodista es la excepción, lo que pudiera entenderse como que puede estar pensando estabilizar su vida íntima. Pero ¿hasta el punto de convertirse en miembro de la cofradía de los casados? Predicción difícil, a la que no me comprometo. Conociéndolo, es bien refractario a pasar por la vicaría o ante un alcalde para cambiar de estado civil. Si bien, nunca es tarde, y en la frontera de los 60 años, a lo mejor cambia de opinión.
José Coronado es un formidable actor, muy cotizado, al que reclaman a menudo. Por fortuna no sabe lo que es el paro. Les contamos. Tiene una filmografía cercana al medio centenar de filmes, ha intervenido en diez obras teatrales y en una quincena de series televisivas. Dentro de pocos días está previsto el estreno de su película Secuestro, dirigida por Mar Tarragona. El 23 de septiembre es la fecha de otro estreno suyo, El hombre de las mil caras, con argumento basado en la vida aventurera del español Francisco Paesa, considerado un traficante de armas, confidente del Gobierno, amén de gigoló y play-boy, quien dicen se quedó con más de mil millones de pesetas de los que se había apropiado el que fuera Director General de la Guardia Civil, Luis Roldán. El hombre de las mil caras tiene como realizador a Alberto Rodríguez, el mismo de La isla mínima, tan galardonada. Y también está comprometido José Coronado con una serie de Telecinco, Es por tu bien, al lado de Javier Cámara. El último éxito que obtuvo en la pequeña pantalla fue con “El príncipe”. Con tanto trabajo, uno se pregunta cuándo tiene tiempo para mantener sus “ligues” y noviazgos. Por eso, la mayor parte de sus compañeras sentimentales proceden de su mismo ambiente artístico. Salvo nuestra colega, su actual pareja. Aquella primera entrevista que le hizo… ha tenido su continuación en privado.