
Mari Carmen Torrecillas, conocida por ser una de las madres tróspidas, nombre que reciben las personas que participan en el reality ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, y segunda expulsada de esta edición de Supervivientes, concede una llamativa entrevista a Lecturas en la que hace unas sorprendentes confesiones sexuales. Desvela que durante su estancia en la isla ha echado de menos a su marido, sobre todo, "por el sexo".
"Me dan pinchazos en las ingles y digo: '¡Ya está!' Hablo con ellas y les digo: '¡Ay pajarillas, ya sé lo que queréis!'", explica la supervivientes a la revista. Además, aprovecha el momento para contar que en el concurso tuvo que masturbarse mucho. "Me iba detrás de un árbol y yo misma me consolaba", describe así cómo conseguía calmar esos momentos de apetito sexual.
También desvela que una de las mejores cosas que le dio Dios fue "cuatro puntos G" y que "ella sabe dónde tiene que tocarse" para darse placer. Se define como una persona atrevida sexualmente y recuerda que a veces en el trabajo "echa mano a la bragueta de su marido". Asimismo, no tiene problema en decir que cuando volvió de la isla "dejó seco a su marido, hasta desmayarlo". Comenta que le molesta mucho la ropa interior y que por eso "casi siempre va sin bragas".