El desmoronamiento de la familia Jurado diez años después
La vida del entorno de Rocío Jurado ha cambiado radicalmente en estos últimos dos años. Aquí hacemos un repaso de todo lo que han vivido.
Este miércoles se cumplen diez años de la muerte de Rocío Jurado y en este tiempo la vida del entorno de la más grande ha cambiado radicalmente. En los dos últimos años, José Fernando ha entrado y salido de la cárcel, y ha pasado por varios centros de desintoxicación; José Ortega Cano cumplió su pena por la muerte de Carlos Parra y se recuperó de sus problemas de alcoholismo; Rosa Benito y Amador Mohedano se han peleado ante las cámaras televisivas y su otra hija, Gloria Camila, ha reñido con su hermana, una ausente y despreocupada Rocío Carrasco.
Por un lado, José Fernando parece que empieza a encauzar su vida, pero solo tras atravesar una larga fase muy problemática. Según su padre, el joven se encuentra ahora tranquilo, mucho más centrado y recuperado de sus problemas de drogas. Previendo la llegada del aniversario de la desaparición de su madre, el chico se hizo un enorme tatuaje de Rocío Jurado en el brazo. Pero no ha sido nada fácil para él llegar hasta este punto de paz, y el fantasma de la recaída y ciertos problemas legales todavía le persiguen tras varios años de graves problemas.
A principios de abril de 2014 la juez de lo Penal número 5 de Sevilla le condenó a un año y nueve meses de cárcel por robar y agredir a un joven a la salida de un club de alterne de Castilleja de la Cuesta. José Fernando pasó cuatro meses en preventiva y, a su salida, decidió ingresar en un centro de desintoxicación en Barcelona para poder recuperarse. Ocho semanas de tratamiento que no consiguió superar, decidiendo pasar la Semana Santa en Sevilla e incumpliendo los requisitos del centro. Después se puso en manos de Pepe el Marismeño, quien se propuso sacar al joven de las drogas. Parecía que José Fernando se lo estaba tomando en serio, compartió piso con un joven que estaba pasando también por una situación conflictiva y se apuntó al gimnasio. Pero no, esta terapia le duró muy pocos días y al poco tiempo volvió a retomar sus antiguas y conflictivas compañías.
A esto se sumó que un mes después de dejar la terapia fue multado por llevar siete gramos de cocaína. No fue detenido, pero solo porque se consideró que era para consumo propio por no superar los 7,5 gramos. Llegados a este punto, hasta su propia familia había perdido la fe en José Fernando, y pidieron ayuda para que el hijo de Ortega y Rocío Jurado superase no solo su adicción a las drogas, sino sus desequilibrios psicológicos. Por esas fechas, se fue a vivir con uno de sus problemáticos amigos, estaba bastante desmejorado, encerrado durante el día y saliendo de madrugada para sacar dinero.
La nueva vida de Ortega Cano
El 23 de abril de 2014 José Ortega Cano ingresó en la prisión de Zuera, a las 20.27 horas de la tarde, para cumplir su condena de dos años y medio de cárcel por el accidente de tráfico ocurrido en mayo de 2011 y en el que murió el conductor del otro vehículo, Carlos Parra. Estuvo en prisión 14 meses y, durante ese tiempo, obtuvo varias permisos penitenciarios para pasarlos con su familia, cada uno de ellos más mediático que el anterior.
Dentro de la cárcel sufrió varias enfermedades, como una fibrilación auricular crónica con leves insuficiencias valvulares y una neumonía que le obligó a abandonar por unos días la prisión. Problemas de salud que contribuyeron a hacer más grave el calvario del torero.
En todo caso, Ortega Cano se lo tomó de la mejor manera posible. A pesar de las desgracias, el diestro siempre ha dicho que su estancia en la cárcel le ha ayudado mucho a encontrar la paz y a buscar el perdón por su imprudencia conduciendo. El pasado 5 de junio de 2015 abandonó la prisión, con un aspecto mucho más rejuvenecido, y desde entonces disfruta de sus pasiones al máximo: la familia y los toros.
Algunas malas noticias, como la clausura por comisión judicial de una cervecería del torero en la playa de Levante debido a deudas con los propietarios, no han alterado ese estado de ánimo. Ortega, por su parte, negó que existieran deudas, e insiste a que todo se debe a una falta de información con los dueños.
Gloria Camila, sin pelos en la lengua
Si hace dos años la adolescente Gloria Camila Ortega era una de las más prudentes y discretas, la que menos opinaba sobre los conflictos familiares, ahora es la única que no tiene ningún problema en hablar sinceramente sobre lo que ocurre.
Harta de los desaires de su hermana y los desequilibrios de su familia, su imagen cambió radicalmente cuando tan solo dos meses después de que su padre ingresase en la cárcel protagonizó una pelea con una chica en el intercambiador de Plaza de Castilla de Madrid. En efecto, Gloria Camila estaba harta de los escándalos mediáticos, y ya no estaba dispuesta a tolerar nada más. Otra chica llamó "maricón y asesino" a su padre, por lo que ésta defendió el honor del diestro a arañazos.
A raíz de aquí la joven descolocó a la prensa cuando, al cumplir los 18 años, desveló la "nula relación" que tenía con su hermana Rocío Carrasco. "¿Qué hermana? ¿con la que llevo tres años sin hablar? Si no llama ni para felicitarme...", sentenció en su día. Poco después volvió a arremeter contra Rociíto porque el museo en honor a su madre en Chipiona todavía no se ha abierto. "Claro, el museo de mi madre no se abre porque a ella no le da la gana y porque económicamente no le interesa". Un museo -dedicado a Rocío Jurado- que Carrasco se ha esforzado en frenar y que ha motivado todo tipo de broncas con Amador Mohedano, generando una nueva fractura entre los dos lados de la familia.
Gloria Camila no ha tenido ningún problema en contestar a los medios con la mayor sinceridad posible y si tiene alguna queja lo dice públicamente, como pasó con el evento del sello conmemorativo de Rocío Jurado al que no acudió porque, en su opinión, no pintaba nada allí. Tras el evento, la adolescente opinó lo mal que le había parecido el acto, abriendo así una nueva brecha entre ella y su hermana e, incluso, criticando que sí estuvieran las presentadoras María Teresa Campos y su hija Terelu, amigas personales de Carrasco -y también de su madre-.
El último enfrentamiento fue con la familia de su padre. Dijeron hace poco que "estaban disgustados con ella porque no quiere tener relación con ellos", a lo que ella contestó: "Nunca se han preocupado ni interesado por mí y que no se apunten a una historia que ni les va ni les viene". Sin embargo, a pesar de su juventud, Gloria es una de las más sensatas del clan Jurado.
Rociíto, ajena y distante de toda la familia
Mientras, Rocío Carrasco sigue desaparecida, sin hacer declaraciones, sin hablar sobre los conflictos familiares ni defenderse de todas las acusaciones (que incluyen las de su ex, Antonio David, y su hija Rocío Flores Carrasco, que se fue a vivir con su padre con la mayoría de edad).
En su día decidió distanciarse de toda su familia y vivir alejada de los problemas. Su relación con su familia es nula, tanto que no fue a visitar a su hermano José Fernando a la cárcel ni al centro de rehabilitación, lleva años sin hablar con su otra hermana Gloria Camila, no visitó a Ortega Cano en la cárcel, después de 4 años sigue sin hablarse con su hija Rocío Flores, no ayudó a su tía Rosa Benito cuando intentó suicidarse tras divorciarse de Amador Mohedano, y sigue sin dar su visto bueno a la apertura del museo de Chipiona de la más grande. No ha estado en ningún momento que se le ha necesitado y, por como van surgiendo las cosas, parece que no tiene pensado estar nunca. A pesar de todo lo que se le ha criticado públicamente, no ha salido a defenderse ni a aclarar lo que pasa.
Actualmente solo tiene relación con el clan Campos, que son inseparables y su gran apoyo. Hace varios meses volvió a la televisión para presentar Hable con ellas, pero cancelaron el programa por falta de audiencia, y vuelve a estar apartada de la televisión. Además, en pocos meses se casará con su pareja Fidel Albiac, enlace al que posiblemente no acuda nadie de su familia. Para finalizar, el último que salió a hablar de ella fue su exmarido Antonio David, quien hizo una de sus entrevistas más duras. En ella dice que "no tiene instinto maternal", que "se mueve por el interés" y que "con él no ha sido buena persona jamás", y critica la forma de vida que tiene. A pesar de la dureza de las palabras del ex guardia civil, Carrasco no ha hablado al respecto.
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